There was a certain man, in Imp City long ago...

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“Hubo un cierto hombre, en Rusia hace tiempo
   Era grande y fuerte, y en sus ojos había un brillo llameante.
    La mayoría de la gente lo miraba con terror y miedo,
      Pero para los polluelos de Moscú era tan querido y deseado”
_Rasputín, Boney-M.

     La delgada figura se alzaba como un presagio, recortada como estaba por la fría luz de las ventanas. La habitación, grande y espaciosa, con infinidad de cuadros y costosas ornamentas, era sólo una antesala de su persona, una prueba de su exquisito y magnánimo poder. Y no era para menos; Stolas, el Demonio Búho, ricamente ataviado con su manto y su galera, erizando sus largas plumas negras y observando al intruso con sus enormes ojos rojos, quizá en un gesto de autoridad o desinterés. Su pico lucía afilado, y sus garras, igualmente peligrosas, brillaban con un peculiar tono carmesí.

     –Bueno, bueno... –dijo, con voz suave, torciendo la cabeza con curiosidad. –¿Qué tenemos aquí, uh...?–.

    Frente a él se hallaba el intruso que sus guardias habían hallado esta mañana, tratando de encontrar una manera de entrar a su mansión. Había sido un intento torpe y bastante mal coordinado, al punto de que en realidad Stolas no se debería ni haber enterado de él... de no ser porque el prisionero había insistido mucho (muchísimo) en hablar con Su Excelencia. Los guardias encontraron esto sumamente insultante para el honor de su señor, sin embargo, a Stolas sólo le causó gracia. "¿Un plebeyo sin chiste quiere hablar conmigo de algo sumamente importante? Muy bien, que pase. Veamos qué sandeces tiene para decirme".

      Sin embargo, Stolas no se había imaginado que se trataría realmente de un imp. Y menos de uno como aquél. Alto y rojo, con unos enormes cuernos a rayas y vistiendo una extravagante gabardina negra con botas de cuero. Entró como si el lugar le perteneciera, con grandes y ruidosas zancadas, la cabeza en alto y una sonrisa a medias, sentándose con excesiva familiaridad en un sillón de terciopelo. No parecía en absoluto intimidado por la presencia de Stolas; de hecho, le devolvía la mirada con absoluta calma y algo en su porte le dijo al otro que aquél hombre gustaba del espectáculo.

      –¿Qué hay, Príncipe Stolas?–saludó el imp, inclinando ligeramente la cabeza con galantería. –Blitz, para servirle–.

       –En efecto... deberías– respondió el búho, apartándose de la ventana para observar mejor a su interlocutor. –¿Puedo saber por qué el señor imp llamado Blitz ha intentado tan desvergonzadamente entrar en mi casa...?–.

        El imp lo miró un momento y luego se echó a reír maliciosamente.

        –Pfff... Hace años que nadie me dice “señor”, señor... – comentó, dedicándole una mirada de soslayo. –En cualquier caso, yo no diría que intenté entrar–. Blitz sonrió otra vez, señalando el cuarto con los brazos abiertos. –Cielos, Príncipe, ¡yo diría que entré a su desvergonzada casa...!–.

       –Suficiente–replicó Stolas, frunciendo el ceño y alzando dignamente la cabeza. –Pensaba que podrías entretenerme, pequeño imp, no que vendrías a insultarme–.

       –Y no vengo a eso, su Señoría–. Blitz se acomodó el moño de su traje con pedantería. –Más bien, vengo por negocios–.

       Aquello encendió nuevamente la curiosidad de Stolas, quien esbozó una sonrisa.

       –¿Negocios?–preguntó, con un ululeo divertido. –Discúlpeme pero no le entiendo... ¿Qué clase de negocios puede tener alguien de su posición con alguien como yo?–.

        –Oh, bueno, cosas... –. Blitz se  inclinó hacia adelante, apoyando sus manos en el mentón y adoptando una expresión más seria. –Voy a ser franco... Quiero empezar un pequeño negocio por mi cuenta y para eso necesito un hermoso y lujoso libro que usted tiene por ahí. Usted seguro lo conoce... EL NECRONOMICÓN¹ Y si usted no me lo da por las buenas, se lo vo' a robar²–.

I.M.P.'s Greatest Love Machine! Stolitzø FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora