Ya casi han pasado cinco años desde ese 8 de noviembre y todavía sigues conmigo, con nosotros.
¿Sabes, Jimin?
A veces me pregunto si eres feliz. En muchas películas y series siempre dicen que los espíritus no deben quedarse en este mundo porque no pertenecen a él y que necesitan ir hacia "la luz" para vivir con plenitud la otra parte de su existencia.
Sin embargo, después de cinco largos años tú todavía sigues aquí.
No sé cómo pasó pero yo sé lo que sentí cuando sucedió, aún no me explico como lo conseguiste, pero ese calor constante en el pecho es inevitable.
Realmente es una sensación maravillosa saber que de alguna forma desconocida descansas en mí.Siento cada vez que "sales" pero nunca dura mucho tiempo y vuelves a abrazarte a mi propia alma.
Siento como me cuidas a mí y a Sarang con pequeños detalles que me hacen recordar que nunca te fuiste del todo.No sé si eres feliz, pero quiero creer que si todavía permaneces con nosotros es por algo, y no voy a pensar que estás anclado a mí porque no podría estar cómodo sabiendo que tú no puedes seguir tranquilo porque mi alma se haya encaprichado de la tuya.
Supongo que eres feliz, espero que lo seas y que te sientas querido aún no estando en carne y hueso porque me enlacé a ti con el principal propósito de hacerte sentir afortunado y muy amado, en esta y todas las demás vidas.Si algún día dejase de escuchar el murmullo de tu risa en mi cabeza entendería que finalmente hubieses querido irte, estás en todo tu derecho de hacerlo, aunque por otro lado no te siento con ganas de hacerlo y aunque sea extraño y egoísta, me encanta.
Por lo menos ahora soy consciente de que no soy un padre viudo cuidando a su hija con el recuerdo de su difunta pareja. Sé que siempre estás pendiente de la pequeña. Cada vez que veo como su camino se desvía repentinamente antes de poder hacerse daño con algo, la única explicación eres tú.
Tal vez esté loco por sentir tus besos o tu abrazo al dormir, aunque la mayor parte de las veces sea Sarang que quiere dormir conmigo sin motivo alguno.
Y si es que estoy loco, la verdad es que no me importa porque puedo no amargarme por no tenerte conmigo, porque aún no siendo físicamente, estás junto a mí, dentro de mí o lo que sea que haya pasado en ese horrible momento.¿Sabes? Ese día lo tengo grabado a fuego en la memoria.
Me alegra que por lo menos haya creado un bonito último día para ti, lleno de risas y ñoñerías, justo como a ti siempre te gustó.
Hay que vivir como si cada día fuese a ser el último y no sé tú, pero yo no hubiese cambiado nada de ese día antes de que todo ocurriera.Tal vez despedirte de los chicos y de tus padres hubiese sido una buena variante pero en lo que a nosotros respecta, no hubiese cambiado nada.
¿Tú qué piensas?-¡Papi! -abro los ojos de golpe, viendo cómo mi hija sube con dificultad a la cama para acabar de pie en esta tirando de mi mano con toda la fuerza que tiene en su pequeño cuerpo de cinco añitos -¡Ya es la hora! ¡No puedes dormirte!
Suspirando agarro mi teléfono comprobando que tiene toda la razón, comienza a hacerse tarde y no es algo que podamos hacer con prisa y menos si queremos que funcione.
Me pongo en pie sobre el colchón y cojo a la niña entre mis brazos, saltando al suelo y caminando hacia el salón mientras sus pequeños dedos aprietan mis mejillas con ternura.
Cuando llegamos, apoya su cabeza en mi hombro y se abraza a mi cuello, mientras conecto mi teléfono a los altavoces que instalamos en la sala.
A Jimin le gustaba ensayar conmigo en nuestro espacioso salón, aún teniendo horas libres durante la mañana, para bailar en la academia.
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• 22 ɢʀᴀᴍᴏs • ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ
FanfictionDesde ese día, todas las noches bailan conmigo, todas las noches bailan con mi fantasma y dejo de sentirme sólo. Dicen que el alma pesa 21 gramos, pero nunca había visto que esto pudiese variar. Un gramo más, un gramo menos... No ha de ser muy impor...