Carretera Sin Fin

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Era una noche gélida, en una carretera que parecía no tener fin. Me encontraba en la mitad de la misma completamente sola, sin ningún transeúnte u otro auto que me acompañara. Miré por todos lados posibles y sin saber el dónde o por qué me encontraba allí, decidí encontrar el camino para regresar a casa. 

Al pasar el tiempo y a medida que iba caminando, sentía que lo hacía en círculos, como si aquella carretera  fuera un bucle que me dirigía al mismo punto de inicio. Sentía el ambiente un poco pesado y mi corazón se empezó a acelerar como si presintiera que algo malo ocurriría... Estaba en lo correcto.

Una moto que reconocía perfectamente se aproximó a mí, dicha acción me hizo sentir aliviada al saber que mi madre venía a rescatarme. Me limité a subir  y no hablar sobre la razón que me llevó hasta esta situación. Me di cuenta que la velocidad iba en aumento poco a poco. Así que le pedí de buena manera que la disminuyera, aunque hizo caso omiso.

En el último intento de hacer entrarla en razón, le grité que parara. Todo se volvió oscuro y desperté exaltada ya que morí en ese sueño. La llegada a mi realidad fue un gran alivio, miré la alarma de mi celular y me di cuenta que faltaba poco para mis clases.

Noches de EnigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora