te quiero besar [...] he pensado en esto desde hace tiempo

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     Para Hoseok, recordar en qué momento su matrimonio empezó a marchitarse irremediablemente no parecía dolerle más.

El año empezó bien para él, como los anteriores. Había asistido a una gran fiesta de gala acompañado de su marido, se besaron cuando las doce campanadas empezaron a sonar y ambos se desearon que fuese un año lleno de bendiciones, pero ese sólo fue un momento falso en el que los dos sólo aparentaron alegría y dulzura que existió en el pasado. Pero no más, nunca más.

HoSeok ya conocía de al menos una infidelidad, que no le hizo tanto daño como pensó. Después de todo no los vio, su esposo fue sincero con él y se lo confesó, entonces sólo lo hablaron, sellando el tema con una promesa de que no volvería a ocurrir. Su matrimonio era joven, se casaron a los 21 y tan sólo 5 años más tarde estaban ahí, los dos pensando que quizá se apresuraron.

Y ese pensamiento no dejaba de rondar en la cabeza de HoSeok mientras sentía cómo el café poco a poco dejaba de calentar su taza, señal de que ya había pasado demasiado tiempo. La bebida se había enfriado, y el asiento frente a él seguía vació —Disculpe —le hablaron en tono bajo a su derecha, cuando levantó la mirada para encontrarse con los ojos apenados del mesero, este prosiguió—, ¿Va a ordenar o seguirá esperando...? —en sus rasgos reflejaba la pena que sentía por preguntar eso, HoSeok lo comprendía. Ya llevaba más de una hora esperando, todo el tiempo con una taza de café a la que sólo el dio cortos sorbos.

No, ya debo irme —sonrió ligeramente y de manera forzada, sólo para verse más amable hacia ese joven chico—, ya había pagado el café así que me iré. —el trabajador asintió haciéndose a un lado para aguardar con paciencia, observando al peli rojo, que dejó la taza a la mitad, tomar su abrigo de su asiento. Se levantó preparándose para salir, alcanzando su teléfono que reposaba sobre la mesa sin ninguna llamada o mensaje en su buzón. Una vez listo se despidió del empleado con una sonrisa agradeciendo su atención, y sin más, salió del lugar a través de la puerta principal. Hacía frío, el justo que hacía en Marzo, pero sólo a inicios del día, aun era temprano, por lo que el sol tardaría en calentar las calles de Seúl.

HoSeok se cubrió más y empezó a caminar hacia el vehículo negro que le esperaba a unos pasos, un hombre de traje estaba de pie mirándole acercarse a cada paso. Estaba con una postura firme, con la misma firmeza que se encontraba plasmada en sus rasgos con sus ojos fijos en él, la frente descubierta por los cabellos negros peinados hacia atrás y la boca en una línea recta. El peli rojo le sonrió a su chofer, una sonrisa simple que traía consigo hastío y conformismo, pero principalmente el mensaje de "Otra vez pasó". Detuvo sus pasos hasta que se encontró frente a él, suspirando y dejando caer sus hombros » Llévame al trabajo, por favor TaeHyung.

Su trabajador asintió moviéndose para abrir la puerta de los asientos de atrás, dejándola así para que HoSeok entrara sin problemas. No se limitó a ver que se encontrara acomodado en su lugar, TaeHyung permaneció con la puerta abierta observando al joven hombre que ya en la comodidad del automóvil demostró lo cansado que se sentía de la monotonía. Su mirada se encontró con la del hombre de cabellos castaños y mirada seria, su chófer era alguien verdaderamente serio e intimidante para cualquiera, pero dentro de esa dureza había algo dulce que le reconfortaba a través de pequeñas sonrisas —¿No vas a desayunar algo, hyung?

Se me ha cerrado el apetito, vámonos.

El chófer no cuestionó más, asintió y se separó de la puerta para cerrarla con suavidad, sin ver al peli rojo acomodarse contra la misma puerta volviendo a tomar su teléfono viendo a la pantalla con desinterés. Ni siquiera le apetecía volver a intentar llamar a su esposo para saber por qué le había dejado plantado a ese desayuno que él mismo planeó, no tenía ganas ni de verlo ni de hablar con él, así que mejor fue a mensajear a uno de sus colegas del trabajo para avisarle que se llegaría pronto para seguir trabajando en el proyecto de publicidad.

tan dentro de mí (O.S. V-Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora