;; Candy Store

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Las cosas no iban tan bien para el bicolor, quien golpeaba su frente contra esa pared murmurando "Ese imbécil no sabe nada" se decía cada rato, estaba siendo pisoteado. Confirmo que llego sentir algo por el tricolor durante esos últimos años, lamentablemente este ya estaba saliendo con el europeo de Rusia.

El peruano se dio cuenta que el ruso ya no amaba México, no es por otra persona, prácticamente se cansó de este mismo, trato de varias maneras tratar de decirlo hasta terminaron en peleas, discusiones una de estas termino ensangrentada su mano con una de las botellas de cerveza, para finalmente ser botado en la calle.

Las lágrimas que derramo por alguien, fluyen por su mejilla como un rio, no lo vio como debilidad, lo vio como algo gentil, ver que tiene la oportunidad de darse cuenta que su error. — Hare que olvides todo ese dolor. — Fueron las palabras del argentino al bicolor, quien lo consolaba todas esas noches oscuras, pasaron ese tiempo juntos.

Su corazón estaba acelerado ante los abrazos y acaricias que le daba su mayor, el sentimiento de miedo. — Son señales que debes dejar ese pasado lleno de dolor. — ¿Creer o no? No lo sabía hasta el cierto punto, no deseaba soltarse del tricolor.

Esto por su parte no mantenía contento al celeste quien hacia lo posible para demostrar al bicolor lo que es capaz por él, sabía que su menor ocultaba sus lágrimas con una sonrisa, pero en las noches no era más que un niño buscando el amor. Incluso cuando siente como se recargabas en su hombro, no era sincero con sus sentimientos.

Pero la confianza nunca iba a cambiar, ¿Dónde estaba la salida de ese infierno? Si se rendía ¿El destino perdonara sus errores? Ahora en esos momentos revisaba las conversaciones con México, sentimientos conjugados vivía su pobre mente que era un laberinto sin salida, buscando ese camino que finalmente lo dejaría ser feliz. Sus temblorosas manos sostenían ese celular, pensando que movimiento ahora realizar.

— ¡Hugh! ¿Que? Perú no entiendes que él ya te causo un gran problema, amigo date cuenta.

— Al menos déjame ir a encontrarme con él. — Se defendió el bicolor, había acordando verse con el tricolor para una cita de disculpas para no tener ya problemas con él, solo no tomo en cuenta que el celeste lo sorprendería, ¿México o Argentina? Era sus dos caminos que debía escoger. — ¿Vamos a tener un problema?

Las acciones del seguidor de Boca, era obvias, no pensaba dejar ir nuevamente una vez más ese dulce, aquel que anhelaba con todo su corazón, para llenarlo con el amor más puro que no puedes imaginar. — Si te faltan bolas para dejar a ese puto atrás, deja que tu mami te consuele. O podrías venir a fumar e ir a por ron y coca en mi Porsha con el mariscal. — Jugaba con esos cabellos rojizo, consiguiendo ver como la cara del descendiente Inca se tornará color carmesí, incluso esa franja blanca. — Cariño ¿Qué estas esperando?

¡Entra a mi dulcería! Hora de probar que no eres un pisado más. "Es un mal momento para pensar" fue lo que contesto el peruano, retirándose, no deseaba explotar sus emociones, no contra a alguien que aprecia mucho y ama con todo su corazón, igual manera al otro. — Solo tienes que olvidarte a México. ¡Ese fenómeno no es tu amigo, ya te dejo pudrirte!

— ... — No valía nada ahora comentar, las palabras eran ciertas, observo los mensajes, igual que las fotos que le daban la esperanza de poder conseguir el amor del norteamericano. — Claro si no te importa, ¡Bien! Puedes ir a terminar como un pelotudo de mierda por aceptarlo.

Cariño, ¿Qué estas esperando? La opción más obvia estaba enfrente a tus ojos, no la dejes ir, hora de probar que un gil no eres más. — Puedes ir tras de él y sufrir como un perro de la calle. El sueño vivir o morir por alguien que no vale la pena, tendrás ese dulce amor incluso más o prefieres ir por esa cosa más usado que papel de baño.

— ¡Perú! — Mal momento para llegar, sintió temblores por todo su cuerpo en cada instante viendo como el tricolor corría hacia el con esa sonrisa, que lo destaca. — Escucha sé que fue un idiota contigo, y me pasé de lanza, pero pensé bien tus palabras y la propuesta que hiciste hace algunos años.

Todo menos eso pensaba el bicolor, tarde la gente a su alrededor eran testigos ante la confesión de México quien ya se encontraba con unas rosas preparadas para entregar al peruano. — ¿Aceptas ser mi chavo, palomita?

Ya sabía lo que tenía que hacer. — Lo siento, estoy con alguien más. — Su veredicto final fue aquello, vio cómo se cristalizaba los ojos de color miel del norteamericano quien pedía a gritos que iba a cambiar, ser la mejor pareja del mundo solo para él.

Se estaba humillando el solo, los "Oh" "Se lo merece" "¿Como pudo rechazar a México?" se murmuraban y quien es la pareja actual del bicolor. — ¡Por favor! ¡Tenías razón, y me di cuenta que te a-

— Cállate México. — Lo interrumpió con un puñetazo, el objetivo estaba en sus manos ahora, dio la mirada de aviso al oji rubí, su mente ya estaba en paz, escogió el camino finalmente, no va a desperdiciar la oportunidad de compartir algo con el celeste quien ahora le daba la señal de irse con él. — Vamos dulzura.

Era hora de probar que una vergüenza no era más, fue al llamado de su amado, aun se encontraba algo inseguro por su elección, aunque el corazón mismo le decía que escogió el camino, ¿Dónde estaba el amor a México en esos instantes? Ni él lo sabe, ya que los labios del argentino y los suyos se habían unido, todos siendo testigos de este acto.

Las cámaras no faltaron en aparecer igual que los Flash sobre ellos, confirmando luego de compartir ese beso la relación que ahora tienen. — ¡El me amo a mi primero! — Protesto el amante de los tacos, tratando de conseguir al peruano, ya era tarde, 15 años tarde.

— El entro en mi dulcería, es mi dulce ahora. — El favorito y único dulce del argentino que cuidaría y jamás lo dejaría irse de su lado.

Candy Store - Heathers Musical

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