;; With You

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El cielo lleno de estrellas ante este par de colonias que observan la naturaleza como podía ser tan hermosa. — ¿Así que aquí también vienes cuando tu padre te grita?

— Obvio, no voy a estar escuchar sus reclamos a mis hermanos.

— Es mi mismo caso. — Rieron ambos allí conociéndose más a fondo en esos momentos que eran los únicos en ese lugar. Era un delito a amar a otro hombre, pero era algo inevitable que estos dos individuos tuvieron que romper aquello, sabiendo las consecuencias mismas de que pasaría si mantenía ese amor que habían formado.

Aun simple colonias, esclavos de dos imperios sin más que hacer que solo escuchar sus mandatos, la confianza era fundamental entre estos dos. Sabían bien que, si uno no llegaba sus citas escondidas, es que sufrió un castigo por parte de su padre, sus acciones no eran más que mirar ese cielo pidiendo que las heridas de su pareja sanen y que todo esté bien.

El norteamericano no tenía problemas, ya que regularte el inglés no lo vigilaba solo le pedía los impuestos todos los meses, en cambio Virreinato no tenía la misma suerte. — Así que te andas viendo con ese.

— Nueva España, ¿Qué rayos haces vigilándome?

— Me parecía raro que salieras en las noches, opte por seguirte. — Atrapado así se sentía, no lo podía negar, la espada contra la pared se sentía era consciente que su propio padre le castigaría y contaría a Reino Unido del caso, siendo el fin de ellos dos. — Es una pena que le diga a mi padre este caso. ¿Qué dices hermano?

"Hermano" cuando se le conviene decía esa palabra, pero ya tenía al menos la carta bajo su mando. — Seria también una pena, que también se entere de tus intentos de independencia. — Perfecto, ver el temor en ese rostro, le lleno de satisfacción.

Llegaron al acuerdo de no contar nada y mantener los actos del otro en cubierto. Era un largo camino que recorrer, era el año 1776 un joven conocido como Alexander Hamilton motivaría alado de otros amigos, un grupo para la independencia de las trece Colonias, siendo liderados por George Washington.

El de cabellera rojo, noto aquellos movimientos, también eran notorios tras la mirada de determinación que ahora tenía su pareja en sus salidas. — Ya tomaron Brooklyn, me superan en armamento y en hombres. — Escuchaba sus quejas. ¿Enserio valía la pena independizarse? Era consciente que unos países de Asia ya realizaron estos movimientos, es liberar un pueblo que ya estaba cansado de sus superiores, pero eso significaría morir para conseguirlo. — Dudo ganarle a mi padre.

— Te ayudare. — Al menos desearía cumplir las palabras de su amado, sabiendo que eran las ultimas. — Honey, no lo hagas.

¿Estás dispuesto perder tu felicidad por cumplir el deseo de alguien que amas? Era joven, pobre y hambriento, obviamente respondió que si a su propia pregunta. — Necesitas toda la ayuda posible, puedo convencer a mi padre para que te ayude junto con Francia.

Le explicaba todo, no por nada era el más inteligente de todas las colonias de España, como siempre estar alado del rey convenía algunas cosas eran conscientes que las acciones que realiza y la administración de comercio.

Dos años ya habían transcurrido para ese entonces, tuvo que hablar con el europeo. — Virreinato me encanta las cifras que has mostrado estos últimos meses, hijo mío.

— Gracias padre. — No iba a desperdiciar su oportunidad, era el momento de pedir ayuda ahora que se encontraba con él en esa sala los dos, sabía que el norteamericano ya se encontraba en la batalla de Monmouth, solo deseaba que saliera con vida, ahora era su turno de mover la pieza. — Escuche por el norte que uno de los hijos de Reino Unido se quería independizar, un acto de los humanos que no vale la pena.

Song-Fic | PerúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora