El inicio

50 3 0
                                    

-¿Nero..es mi hijo?-
Estaba confundido, no recordaba haber tenido un hijo, pero es innegable así que lo más probable era que Dante tenía razón.
-Bueno bueno...eso fue hace mucho tiempo-
-no logras recordar con esa cabezota?, supongo que también eras joven-
Dante comenzaba a levantarse.
-por mucho que me encantaría escuchar esa historia creo que ya es hora de que..-
-terminemos con esto-
Completo su frase solo para ponerme de pie y en posición de ataque, estaba harto de Dante, lo derrotaría esta ves.
Ambos estábamos listos para darlo todo en aquel golpe, veríamos quien de los dos era el más fuerte, tal ves alguno de los dos muera pero era nuestro destino.
Nos aproximamos el uno al otro con la intención de matarnos pero algo paro nuestras espadas y nuestros cuerpos.
Era nero en algo que simulaba una transformación demoníaca, era sorprendente.
-esto es..curioso-
Dante habló.
-¿nero?-
Con sus manos nos empujó alejándonos.
-¿qué tipo de poder es este?-
Dante replicó.
-¿qué demonios?-
Nero se des transformó y por fin habló.
-esto se acabó, aquí y ahora-
Dante se levanto molesto dirigiéndose a nero.
-escúchame. Ya te lo dije, esta no es tu..-
Un fuerte golpe lo mandó volando, callando lo que sea que tuviera que decir, me sorprendió, ¿desde cuando ese chico era tan fuerte?, entonces nero volvió a hablar.
-no, escúchame tu, estorbo. No voy a dejar que se maten el uno al otro. Hay otras formas de resolver sus diferencias. Voy a poner fin a esta rivalidad entre hermanos.-
Sus palabras me causaban gracia, sabía que era mi hijo y sabía que yo podría ser arrogante pero el tal ves lo era mucho más que yo. Decidí hablar.
-Ahh, viniste hasta aquí solo por eso-
Creí que buscaría venganza por su brazo pero este chico al parecer lo a olvidado. Nero volvió a hablar.
-vergil..V.. o como quiera que te llames.. Dante no va a morir aquí, y tú tampoco.¿tienes algún problema con eso?-
A algunos metros está Dante levantándose después de ese golpe que fue propinado por nero.
-"No voy a morir" , y una mierda. Ese bofetón casi me mata.-
Esto me causaba un sentimiento extraño, tal ves era orgullo por ver a nero con tanta determinación y fuerza de voluntad, en mi cabeza llegó una imagen como flashback de cabello rojizo y risado, ¿quien era?, esos pensamientos no me perturbarían ahora, sabía que nero no querría irse y sabía que tendría muchas cosas que decir, quería medir hasta donde llegaba su fuerza y sabía la manera perfecta de averiguarlo.
-si derrotó a nero...por defecto, te habré derrotado. ¿De acuerdo, Dante?-
Al decir estas palabras apunte a yamato contra nero, jugaría con él un rato.
-lo que sea. Me da igual. Voy a pasar esta ves.-
Dante calló desmayado, ¿tan fuerte había sido aquel golpe?. Nero habló.
-cuando esto se acabe, te rendirás ante mi...padre.-
Palabras muy fuertes para alguien tan joven, demuéstrame de que eres capaz nero.
-esto no tiene nada que ver contigo. Aparta.-
-¿nada que ver conmigo? ¡Todo tiene que ver conmigo!-
-nero..-
Sus palabras denotaban cierta frustración y furia, estaba molesto, esta batalla tal ves era lo mejor para el, así sacaría un poco de su enojo hacia mi, ojalá pudiera recordar algo.
De repente nero se transforma, enseñándome sus nulos modales, vuelvo a sentir un extraño sentimiento y aquella imagen de esa mujer de cabello rojo vuelve a cruzar mi mente, al parecer se a dado cuenta que ni siquiera tengo intenciones de matarle. Me molesta su impertinencia
-¡tú..!
Nero responde.
-¿Me tomarás en serio ahora?-
Realmente no sabía que contestarle, pero ahora que estaba más molesto, lo mínimo que podía hacer era darle una pelea justa, pelearía con intenciones de lastimarlo.
Peleamos con nuestras espadas el intercambio de ataques lo ganó yo apuñalándolo en el estómago pero nero aprovecha para quitarme a llamarlo y apuñalarme a mí en el estómago, el chico tiene fuerza lo reconozco pero aún le faltan cosas por aprender, saco a yamato de mi estómago listo para volver a pelear.
Entonces esta ves lo apuñalo directamente en su estómago.
-ya es hora de irte a la cama-
Se transforma y me aleja de él, ese chico es muy horriblemente testarudo.
-¿vas a aceptarlo ya?-
¿Aceptar?, ¿a que se refiere con aceptar?.
-¿tu existencia? ¿O tú fuerza?-
-¡ambas, maldito estupido!-
Me estaba en pensando a molestar su falta de modales, esta ves le daría una lección. Saque un clon de mí dispuesto a tomarme estas cosas un poco más enserio.
-¡confiar en los números no te servirá de nada!-
Mocoso impertinente, ¿de verdad este era mi hijo?.
Con un golpe de su espada pudo derribarme, caí en una de mis rodillas siendo aventado hacia atrás, al final termine molesto pero estaba alegre de que nero fuera tan fuerte, había aceptado la derrota, sabía que si hubiera peleado demasiado enserio hubiera terminado matando a nero, pero eso era algo que no quería hacer, al final termine agotado.
-interesante..-
Dante a un lado mío se burló.
-oh hermano. Le cortaste el brazo a tu propio hijo para obtener más poder y aún así, vas y pierdes-
Dante es un bocón, con esas burlas solo me dan ganas de partirlo en pedacitos, por suerte para el nero hablo.
-¡ya está bien, maldicion!. El inframundo nos esta invadiendo, y tenemos que hacer algo antes de que sea demasiado tarde.-
Un temblor junto con un rugido nos sacudió, entonces Dante habló.
-tiene razón. Tenemos que cerrar ese portal.-
Se dirijo a mi esta ves.
-eh, has perdido, así que más te vale hacer lo que te diga-
Tenía claro que había perdido, pero aún me encontraba con fuerza para pelear, sin embargo no lo haría, respetaría la derrota por el momento.
-aun puedo luchar. Pero si esas raíces siguen creciendo por la ciudad acabaran interfiriendo en nuestros asuntos.-
Dante habló.
-vaya, es lo más inteligente que te he oído decir. Debemos darnos prisa...tenemos una revancha pendiente.-
-evidentemente-
Mi batalla con nero, había sido más para calmar su furia que para derrotar a Dante, caminaba hacia la orilla de aquel árbol, sabía muy bien que dejaría de ver a nero, aunque no quisiera, yamato era mía y la única espada con la que podía cerrar ese portal, tenía que irme.
-esperen, ¿a donde van?-
Nero intenta seguirnos pero le explico la situación.
-tenemos que cortar las raíces de Qliphoth desde el inframundo. Después cerraremos el portal con yamato-
Contesta nero.
-esperen, si hacen eso, no podrán regresar.-
Entonces Dante contesta.
-¿porque crees que voy yo también?, alguien tiene que cuidar a tu viejo.-
Nero algo alterado responde.
-no esperan que me quede aquí quiero viendo como se..-
Dante lo interrumpe y se acerca a él.
-es gracias a que tú estás aquí que nos podemos ir. Te estamos confiando el tema de este lado, ¿capisce?-
Interrumpo su escena, quiero terminar con esto del Qliphoth lo antes posible.
-deprisa, Dante-
-si. Ya voy.-
-¡eh, esperen!-
Al parecer nero no se queda satisfecho con esa respuesta de Dante, nos intenta detener pero de un fuerte empujón de Dante y mío lo mandamos hacia atrás, es muy joven para ir al inframundo pero está en la edad en la que puede valerse estando aquí, Dante y yo miramos al chico, entonces Dante habló.
-cuídate, nero. Adiós.-
Dante se aventó hacia ellas raíces del Qliphoth, sin embargo yo aún estaba viendo a nero, sabía que tarde o temprano tendría que saber quién era yo y lo que hice, pero para eso, necesitaba saber de donde había salido el, necesitaba recordar mi pasado, aún no estaba listo para responder sus preguntas, pero algún día regresaría con todas las respuestas a sus preguntas.
-la próxima ves, no perderé.-
Mire aquel libro de mi niñez, siendo V lo había leido todo, ya no lo necesitaba pero aún así lo apreciaba, no sabía cómo decirle a nero que lo apreciaba, decidí darle a cuidar el libro, aunque no lo hubiera dicho, para mi era una promesa de que algún día regresaría.
-guarda eso hasta entonces.-
Sin más, le di la espalda dispuesto a saltar hacia las raíces del Qliphoth, en el aire me transformé para poder volar, extrañaría a nero, pero eso nunca se lo diría.

La mente quebrada de vergilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora