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un día más, un día menos. el tiempo pasa y con el, la vida de green oak se empieza a volver rutinaria. había conseguido ser lider del gimnasio de ciudad verde, combatía casi a diario, el sueño de todo entrenador pokémon.

pero, ¿por que se sentía tan vacío?

hay que admitirlo, green es una persona arrogante y poco conformista, que disfruta de humillar al resto, por eso es tan extraño ver al joven castaño tan deprimido, pero parecía que nadie lo notaba.
¿qué podía volver a sentirse lleno? ¿cómo podría volver a disfrutar de los combates? ¿cómo podía volver a disfrutar de la vida?

( ... )

green solía no estar mucho en ciudad verde, mucho menos en el gimnasio pokémon, esto traía muchos conflictos de parte de los entrenadores que ansiaban aspirar a ganar su respectiva medalla. nuevamente el de ojos esmeraldas estaba en isla canela, o bueno, lo que quedaba de ella.

luego de una terrible erupción del volcán de la isla, todo quedó destrozado y en aquél lugar solo habían escombros. green disfrutaba de ir ya que, le servía de lugar para reflexionar.

sentado a la orilla del mar, observando las olas en compañía de su querido pidgeotto. se encontraba perdido en su mente, estaba en otro mundo.
y en ese momento, los recuerdos de aquellos días hace dos años llegaron a su cabeza.

recordaba cuando recibió a su primer pokemon, charmander, en el laboratorio de su abuelo. ese mismo día red había conseguido igualmente a un bulbasaur, ambos tuvieron su primer combate ahí mismo, el cual el castaño salió victorioso.

¿cómo sucedió? ¿cuándo comenzó a ser superado por aquél niño tan callado y "debilucho"? ¿cuándo comenzo a ser él quien salía perdedor?

era idiota y joven, no sabía lo que hacía y solo se dejaba llevar por el orgullo y la arrogancia, eso pensaba green, aquello lo llevó incluso a perder su título de campeón en tan poco tiempo.

y green solo comenzó a reírse, a decir verdad, su yo de hace dos años era bastante tonto.

—¿dónde te metiste, idiota? —se decía a si mismo, hacía dos años que no sabía nada del callado de red.

un azabache de ojos rojos pasó por su mente, ahora su expresión era algo melancólica, no quería admitirlo, pero lo extrañaba.

la última vez que intentó buscarlo fue en la meseta añil, fue lance quién le hizo saber que red le pidió cuidar el puesto de campeón por él. nadie supo a donde se dirigía, el chico no era de muchas palabras.

el atardecer se hacía presente, el sol se estaba ocultando, quizás era hora de volver a ciudad verde a cerrar el gimnasio y volver a su hogar, aunque sería lo mismo de siempre, recibiría un regaño de parte de daisy por descuidar su puesto de líder para acto seguido ir a su habitación, completamente solo, y quedarse dormido entre sus pensamientos.

( ... )

llegando a casa, notó que daisy no estaba en el comedor esperándolo como siempre, lo cual fue extraño para él, casi siempre estaba ahí.

—green, ¿otra vez no fuiste al gimnasio, cierto? —la voz femenina de su hermana mayor lo tomó por sorpresa, la cual estaba entrando al sitio.

—¿dónde estabas? —preguntó green intentando evitar el tema.

—con el abuelo, dijo que no estabas tomandote en serio tu trabajo de líder. ¿estás seguro que quieres hacer esto? —daisy no sonaba molesta, de hecho, era muy comprensiva y cálida con el menor.

—me gusta pero... —un silencio inundó la sala, sin razón alguna el nudo en la garganta se estaba formando en él.

—¿aún lo extrañas, verdad? —aquello tomó por sorpresa  green, daisy sabía que en algún momento tuvo pequeños sentimientos hacia red, más no quiso comentar nada al respecto para no incomodar al joven.