Central Station ✧ KookMin

08: Vamos a casa

El señor Kim observaba un punto fijo de la gran casa, con su hijo Taehyung y Mary mirándolo con temor esperando que en cualquier momento explotará.

Pero no lo hacía.

Solamente mirada a la nada, con su rostro sereno y fumando un porro de Marihuana. Había sido notificado de la desaparición de Jimin, y desde ese momento se había reprimida sí mismo por haberle consentido demasiado, sabía que no debió dejarlo salir por su cuenta, pero vamos, Jimin había sido un buen chico desde que llegó ahí, simplemente no pudo negarle nada.

— ¿Desapareció o escapó? — preguntó a quienes lo miraban asustados.

— N-no lo sabemos, padre. Nadie lo siguió, no podemos asegurar nada.

El hombre suspiró cansino, dando una última calada a su cigarrillo para después apagarlo con la suela de su zapato.

— Lamentable. Mary, ve a buscarme a otro chico igual a Park, lo necesito para la próxima semana.

Ambos miraron asombrados al magnate frente a ellos.

— P-pero papá. ¿¡Y si le pasó algo!?  ¿¡Y si Jimin está muerto!?

— Por eso mismo, sí está muerto voy a perder tiempo en buscarlo, pero si está vivo ya será su problema como sobrevive.

— ¿Así de sencillo? — dijo Mary exaltada.— ¡Deberíamos buscarlo!

— No voy a perder tiempo buscándolo, Mariel, es solo un cuerpo y cara bonita, hay miles como él en todo el país, puedo buscar otro. No voy a detener mis negocios por una puta más.

Fueron las últimas palabras que dijo el hombre antes de salir del lugar con sus escoltas detrás de él.

— ¿Quién es él y que hizo con tu padre? ¿¡Viste eso!? — escandalizó Mary.— ¡En otros casos los busca hasta el cansancio, y con él simplemente se dió por vencido! ¡Ni siquiera tu me importas tan poco!

Taehyung se vió limitado en encoger sus hombros sin formular alguna palabra, con un dolor inexplicable creciendo en su pecho. Jimin fue un amigo importante para él, ya que fue el primero que tuvo de verdad dentro que aquel mundo oxidado en el que vivía, lejos de saber lo que era tener un poco de afecto.

No fue hasta que llegó aquel niño rubio y asustado, Taehyung sintió lastima por él. Pero aún así le pareció un honor ser la primera vez del chico, y fue mejor aún que Jimin no se sintiera intimidado por él al punto de considerarlo un amigo.

Taehyung no era un gran creyente, pero rogaba a Dios todas las noches por dejar a Jimin fuera de aquel mundo tan horrible para un pobre angel como lo era el rubio.

No quería verlo en ese escenario, viendo como todos los hombres lo devoraban con la mirada, no quería ver cómo su padre ignoraba las heridas de Jimin ya que a él solo le importaba la gran suma de dinero que le hacía ganar el muchacho. No quería ver cómo Jimin actuaba como si todo aquello no le importa, como si no lo dañará.

Un suspiro salió nuevamente de sus labios, rogando una vez más para que estuviera bien. Y realmente esperaba que así fuera, pero...

¿Eso también significa que ya no volvería a ver a Jimin?

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— ¡Fuiste el centro de los noticieros hace años, chico! — aquel hombre parecía una fan al ver a su ídolo por primera vez.— ¡Todos hablaron sobre la desaparición del niño que soñaba con ser modelo!

— Hoseok, por favor. Lo estás haciendo sentir incómodo.— advirtió Jeon al ver la mirada de Jimin.

— ¡Oh! ¡Lo siento! Pero no sabes la alegría que nos dió a todos encontrarte totalmente sano, no lo tomes mal, pero juramos que teníamos que buscar tu cadáver no a ti.