La vida está llena de clichés, creo que me los metieron en la cabeza a la fuerza. Ahorita pienso en eso y me acordé de la primera vez que pensé en usted, si, en usted, querida felicidad.
Usted ha estado en todas partes: en las películas, los libros, el amor, las conversaciones, en los discursos motivacionales, ¡en todo pues!
Por usted toda la gente sigue con su vida, pensando que la va a encontrar algún día a usted, que cuando eso pase toda su vida va a estar resuelta. Pero es que usted siempre ha sido un misterio, un perfecto misterio en el que todos depositan confianza, la sensación que los anima a levantarse, salir al trabajo, seguir con cosas mundanas que no les interesa, sacando una razón para pensar que sus deudas no serán eternas, que algún día el mundo sabrá que tan especial es una persona, que sus más locos sueños se hagan realidad, que la vida misma será un paraíso.
Usted nos ha hecho unos ilusos, felicidad.
La primera vez que me hice consciente de quien era usted, fue cuando apenas era una niña, no puedo especificar la edad, tenía unos 8 o 9. Fue por tanta tontería de la televisión, pasaban estas películas que eran para "niñas", eso que significaba que todas debíamos aguardar pacientemente por un hombre, nuestro hermoso y perfecto príncipe, que nos llevaría a su palacio, tendríamos hijos y ahí llegaba esa frase... "y vivieron felices para siempre". Y escuché eso tantas veces que pensé: ¿Cómo así, entonces si hago eso se supone que seré feliz?
Entonces me sentía súper extraña o pecadora o no sé, pero sentía que eso a mí no me importaba y que estaba lejos de acercarme a la felicidad.
Así que pensé, bueno, eso dicen estas horribles películas, pero eso no significa que sea la verdad absoluta.Así fue querida, que comencé a leer, porque sí, yo era de las niñas aburridas que se la pasaban en la biblioteca, y mi pequeña mente infantil explotó al saber que había muchas cosas que nos acercaban a la felicidad y mire que me asusté pensando que ya me iba a volver loca, entonces mejor quise hablar con los mayores; mis papás, maestros y a cualquiera que me encontrará.
Y al igual que en los libros obtuve muchas respuestas, que no me calmaron para nada.
—Felicidad es que estudie mucho mija, buscar un buen marido que le dé la comidita, tener hijos y no olvidar a Dios —decía mi abuela de 70 años, a la que me costó mucho entender a mi corta edad y en el presente sólo es una de mis peores pesadillas.
—Pues, felicidad es... ¡conocer a Lady Gaga! —dijo mi única amiga de la escuela, a la que tampoco comprendí porque no sabía quién era esa tal Lady Gaga.
—Señorita Clara, para que sepa la felicidad es que se porte muy bien, se preocupe por estudiar, que use sus habilidades para construir un mundo mejor, hacer el bien —me dijo el profesor de ética, que me caía súper bien y al que comprendí más.
—Lo que usted tiene que hacer es tener muchas mujeres y ganar platica —susurraba mi abuelo eternamente machista a mi primo de mi misma edad, al que alcancé a escuchar y que anteriormente me había dicho que me portara bien, que no tuviera novio y que estudiara mucho... ¡Cuánta hipocresía!
—Hay que estudiar, ser multimillonario —decían mis padres.
Y entre otras cosas que me respondió otra gente y que se me hicieron muy bobas, pensé algo que era una locura pero que no salía de mi mente.
—¡¿Y si la felicidad es una persona, un tipo de diosa a la que hay que encontrar?! —solté casi gritando, jadeando después de llegar corriendo al aula del profesor de ética.
—¿Qué? —respondió el profesor muy confundido por mi repentina pregunta—. ¿Cómo así, Clara?—comenzó a reír y a mi me empezó a dar pena.
Fue tanta la pena que salí corriendo, creí que el profesor de ética me entendería por ser joven o no sé, ese aire abierto que tenía. Pero al otro día me dijo que tenía razón y me puse muy feliz. Entonces él me pregunto que le diría a la felicidad y en ese momento no lo supe.
Llegué a casa, cogí mi cuaderno y yo al parecer muy loca, le escribí una carta a la felicidad.
Querida felicidad, así empezó todo.
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Cartas A La Felicidad ✳️🖊️
ContoClara desde muy pequeña ha querido comprender quién es la felicidad y por qué nos importa tanto. Al ver que nadie responde a sus cuestionamientos, decide preguntar sus inquietudes directamente a la felicidad mediante cartas, sensaciones, pensamiento...