Capítulo 1

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Un ruido taladrador me despierta, esta era la segunda vez que mi móvil sonaba. No recordaba haber puesto la alarma la noche anterior por lo que deduje que era mi dulce pero insistente madre. Tomo el móvil con dificultad de encima de la mesilla de noche, miro la pantalla y efectivamente, era mi madre.

-Hola ma.- digo con una voz un poco ronca, igual no fue buena idea dejar abierta la ventana la noche anterior. 

-Hola Eli cariño ¿Estás despierta?

-No lo estaba pero ahora si mamá. Tu llamada me ha despertado.

-Bueno mejor cariño, ya es tarde son las 9:40 de la mañana. 

-Creo que no tenemos el mismo significado de "tarde" mamá- digo sorprendida de haber podido despertarme después de la noche anterior.

-Mañana es tu primer día de clases, debes preparar todas las cosas que necesitas para clase. - Quiero mucho a mi madre pero ciertas veces tiende a ser algo pesada y a meterse en todo.

-Ma, ya no soy una niña, sabré apañármelas sola. Recuerda que vivo sola ya desde hace 3 meses y no me ha ido tan mal.- mientras digo eso recuerdo una tarde cuando la sartén empezó a arder pero no fue nada de lo que preocuparse, estaba todo controlado. Creo que si se enterara le daría un ataque.

-Bueno, ya sabes que yo no quería que te fueras de casa, así no puedo controlarte.- ¿No me digas? digo con ironía en mi mente, por eso mismo no le he contado lo del sartén y precisamente por lo del control es que vivo sola. 

-Bueno mamá, fue mi decisión. ¿Me llamabas para algo más que recordarme que mañana tengo clases?

-No solo para eso y para desearte suerte.

-Gracias mamá, mañana te llamo y te cuento que tal ha ido.

-Okey cariño, adiós.- me despido de mi madre y me dispongo a levantarme porfín de la cama. La verdad es que tengo un dolor de cabeza que me está matando. Ayer fue el ultimo día de vacaciones y mis amigas y yo fuimos a una fiesta. No suelo beber pero creo que esta vez me pasé un poco. Por suerte la fiesta quedaba cerca de mi apartamento y pude volver caminando. 

Hace 3 meses que vivo sola. Decidí mudarme luego de escoger la universidad a la que iría. Mis padres se han encargado de que escoja una buena carrera para que dentro de unos años no me arrepienta de mi decisión como dicen ellos. Realmente nunca he tenido algo que me apasione asique solo acepté y me preparé para poder llegar aquí, pero cuando me di cuenta de que vivir con mis padres iba a significar una historia constante de control  y orden, me propuse conseguirme un trabajo para mudarme cerca de mi universidad. Al principio me dijeron que no me iría pero cuando me vieron tan determinada aceptaron y se ofrecieron a pagarme el apartamento.

Muy difícilmente conseguimos llegar a un acuerdo acerca de este pues yo simplemente quería un lugar con las cosas básicas y ellos querían un apartamento con todo. Obviamente gané la discusión y mi casa solo tiene una habitación lo suficientemente grande como para tener una cama de matrimonio, un armario y una cómoda, un baño normal, una pequeña cocina y un salón. Es todo lo que necesito para venir a comer y dormir pues la mayor parte del tiempo estaré en la biblioteca o en la universidad. 

Voy a la cocina para asaltar la nevera y ver que puedo desayunar. No recordaba que tenía que hacer la compra y que mi nevera está totalmente vacía. Suspiro para mis adentros y miro hacia el reloj de pared que cuelga en una columna al lado del baño. Son las 10:20, las tiendas ya estarán abiertas. Hoy no planeaba salir de casa pero el destino ha querido algo distinto. Supongo que aprovecharé para ir a comprar el material que necesito para la uni. Voy a mi habitación y miro el armario para escoger que me voy a poner. Finalmente me decido por un vestido de flores con los hombros caídos y unas sandalias de color rosa. Me dirijo hacia el baño a darme una ducha. Amo tener mi tiempo en la ducha para ponerme música y relajarme, aunque hoy voy con un poco de prisa. Salgo de la ducha y me pongo el vestido. Al principio me cuesta un poco, aún sigo un poco mojada de la ducha y la tela se adhiere a mi cuerpo. Me pongo un maquillaje sencillo en los ojos, no quiero maquillarme mucho porque a fin de cuentas voy a comprar unas cosas y volver. Me tomo los dos mechones delanteros de mi pelo y me los ato detrás con una horquilla. Voy hacia la puerta y cojo las llaves del coche y de casa, compruebo que no me falta nada y salgo finalmente hacia el pasillo del edificio. Una de las cosas que más me sorprendió cuando llegue por primera vez al edificio fue su diseño. Es un edificio pequeño de 7 pisos con 10 apartamentos en cada uno de ellos. Todos estos están alrededor de un patio interior que va por medio del edificio y todos los pasillos están abiertos en dirección a este. Subo al ascensor y presiono el piso -1 para ir al aparcamiento. Una vez allí cojo el coche y me voy al centro comercial. Por suerte a la hora de escoger el apartamento tuve en cuenta este tipo de cosas y el centro comercial más cercano está a solo 7 min el coche. Hoy al ser el día antes de comenzar las clases había un montón de padres con niños y no tan niños como yo intentando comprar las cosas para el nuevo curso. Cuando terminé de comprar las cosas que me hacían falta en casa fui a la zona de papelería. Siempre me ha gustado tener mis apuntes bonitos y organizados pero la mayoría de mis cosas estaban en casa de mis padres y durante la mudanza se me olvidó traerlos, poco a poco se me ha ido olvidando y al final nunca he ido a por ellos. Creo que ya entiendo porque mi madre siempre está controlándome con estas cosas, mi despiste no puede ser mayor. Cojo una caja donde vienen una serie de subrayadores de varios colores, suspiro al pensar que en casa de mis padres tengo más variedad y que lo más seguro es que el fin de semana siguiente tenga que sacar tiempo e ir solo por eso, aunque bueno aprovecharé para ver a mis padres también.

-¿Sabes que significan las suspiros?- escucho la voz de un chico que viene de detrás de mi. Al darme la vuelta veo a un chico muy atractivo, vestido con un vaquero negro y una camiseta blanca de manga corta. Le miro a los ojos lo cual me lleva a levantar bastante la cabeza debido a la gran diferencia de alturas y no se porqué a penas lo hago sus ojos me atrapan por completo. Después de unos 5 segundos me doy cuenta de que el desconocido aún espera mi respuesta.

-Perdona, ¿ que has dicho?- después de fijarme en él la pregunta que había hecho se me había olvidado por completo. Parecía un chico joven, probablemente de mi edad o cercano.

-Te preguntaba, ¿ qué si conoces el significado de los suspiros?- me repite con una sonrisa.

-No, no lo conozco.- realmente he respondido por inercia pero no he pensado muy bien en la pregunta.

-Los suspiros son el aire que nos sobra en el cuerpo por las personas que no se encuentran a nuestro lado. ¿Extrañas a alguien pequeña?- El tono que le acaba de poner a la frase ha hecho que mi corazón de un vuelco por completo. Aunque para ser sinceros ya estaba así desde que le he mirado por primera vez.

-Jajaja, bueno me parece que esta vez no es el caso.- respondo intentando calmarme después de esa...frase.

-Entonces puedo suponer que no tienes novio.- vaya...

-¿Cómo has llegada a esa conclusión?

-Una chica como tú no estaría sola a las 11:00 pm un domingo en un supermercado de no ser porque no tiene novio.- me parece que acaba de dar en el clavo, sin embargo, no le voy a dar la razón.

-Es que soy independiente.- no ha quedado bien para nada y la expresión en su cara me demuestra que no ha colado. Quizás debería mejorar en el arte de mentir.

-Jajaja, eso es bueno saberlo, me llamo Max ¿ Y tu? ¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es Adeline pero me dicen Eli.- alza la mano delante de él a forma de saludo y yo hago lo propio.

-Mucho gusto Eli!!!!

Perfecta perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora