Capítulo 8

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Una vez más estaba en la cama del castaño, pero la situación era un tanto diferente. Se encontraba encima de él, con los cuerpos pegados, pasando sus brazos por debajo de su espalda aprisionándolo en un abrazo, como había hecho con la almohada de este mismo el día anterior. Depositaba castos besos húmedos cada segundo en los labios carnosos, no necesitaba más contacto que ese, estaba encantado, encantado esparciendo esas pequeñas muestras de cariño, encantado con las pestañas negras y largas que cubrían cerrados los ojos marrones, y no los abría, por nada en el mundo, privándolo de poder encerrarse en esa cálidas que emanaban, los luceros cafés querían ser ahora un secreto, aunque él supiera ya lo que trataban ocultar, y no le dolía, no tanto, pues la sonrisa blanca aparecía agrandada después de cada beso prolongado, llenándolo de unas ganas inmensas de llorar, sin saber por qué, la situación era fácilmente descriptible como algo bonito, igual de bonito que el protagonista de sus sueños, pero Johnny no podía ser feliz, aunque tuviera al moreno entre brazos.

No era real, aparecía en forma de una carga aplastante, el saber que posiblemente nunca lo sería.




...




No pensaba ir a la escuela ese día, la sola idea de acercarse a las instalaciones era como una patada, de esas que Bobby solía lanzarle directo en las costillas en los simulacros de combate "vida o muerte" que Kreese realizaba mínimo tres veces por semana, pues seguro el bastardo de historia lo estaría esperando con los brazos abiertos para tomar los trabajos de Daniel, trabajos que ya llevaban tres días de retardo pues los que había recogido los había olvidado en su casa, otra vez. Se preguntaba si eso también contaría para la nota final, aunque para ser sincero, no le importaba.

Estaba estacionado a pocas cuadras de la entrada a la escuela, para esa hora las primeras tres clases ya debieron de haber finalizado, incluyendo la de historia, pero no se arriesgaría, así que ese era su plan, sentarse ahí sin moverse durante el tiempo que conlleve alguna ocurrencia sobre como pasar de mejor manera el día, tal ocurrencia no llegaba, entonces se dejó llevar por la melodía que sonaba en la radio, cerrando los ojos lentamente, recordando de imprevisto que aún se sentía con esas extrañas faltas de energía, no queriéndose quedar dormido, sin mucha opción en realidad pues sus ojos se cerraban ante el peso invisible que proporcionaba el cansancio en sus párpados, cediendo a bajar la guardia, cosa que le costaba mares, no porque sintiera que el quedarse dormido en su auto caro representara un peligro, estaba a fuera de una escuela en horario activo de cualquier manera, le preocupaba más bien los destellos de una mirada molesta, constipada, últimos recuerdos de su última visita, eso y los pensamientos que arribaban sin permiso o previo aviso, llegaban para quedarse, provocándole tener que aferrarse a su propia ignorancia, pues el miedo de bajar su guardia no era debido a algún posible dolor físico, estaba más enfocado a un dolor emocional, dolor que Kreese le ayudo a aprender a confrontar, ignorar, tal vez, a ocultar, y Johnny no sabía que en algún momento aquella derrota inexistente se daría a notar, porque si le habían enseñado a no tener piedad, ¿cómo podía tenerse piedad a sí mismo?

No se dejaría derrotar, no una vez más, no contra la misma persona, pues estaba bajando los brazos, y sus puños dejaban de cubrir su rostro, casualmente paso lo que su ex-sensei le había dicho que sucedería si no aprendía a defenderse de manera efectiva, recibiría un golpe, y nunca sabes que tan fuerte podría ser, siempre prevalecía el que prefería prevenir que arriesgar, y el ya había arriesgado suficiente, aún peor que apostar, era apostar en un juego que no sabías si podías ganar; ahora Daniel lucia más como un logro lejano, y no podía quejarse, tal vez fuera un tipo de castigo por sus ofensas, y la consecuencia le frenaba de actuar, porque había una mínima de posibilidades de que fuera él quien ponía las cosas difíciles, solo mínima.

Un par de golpes lo sacaron de su limbo mental, sin encontrarse despierto, tampoco dormido. Vio como a través de la ventana de su carro se asomaba una figura femenina que conocía bastante bien; Ali esperaba a que Johnny reaccionara, este no la tuvo ahí parada durante mucho tiempo y abrir la puerta del copiloto para darle acceso.

—Hey, ¿podemos hablar? —pregunta al momento de tomar asiento.

—¿Ahora quieres hablar? —dice en burla, recordando que con esa misma oración el inicio su propio camino hacia un inevitable rompimiento.

—Idiota. —suelta con media sonrisa, entendiendo que no había motivo para tomarse al rubio en serio. —Creo que puedes hacerte una idea de lo que quiero hablar, o de quien.

—No, Ali, ni lo pienses. —contenta apresurado, sabía que si con alguien le costaba mantenerse al margen era con ella, y temía terminar confesando cosas que no podía confesarse ni a sí mismo, ese efecto provocaba la chica en él.

—Sabes Johnny, siempre me pareció curioso la cantidad de recelo que le tenías a Daniel. —comienza, sin importarle el comentario anterior. —Supuse que era debido a mí, pero entre líneas se sentía algo más, como una extraña tensión de la que yo no formaba parte.

—No sé de qué hablas Ali, mi actitud siempre fue por ti. —no intentaba echarle la culpa, no a propósito, pero ese hecho era algo en lo que él confiaba, aunque no tendría que ponerse a pensar durante días para percatarse de que podría estar equivocado.

—El día de la fiesta parecías más satisfecho por haberle causado un mal rato a Daniel que por haberme besado. —argumenta con una sonrisa, no por el recuerdo sino por la prueba que sabía no podía refutar.

Y en efecto, Johnny no podía, riendo leve por recordar el incidente del espagueti, y la cara de vergüenza en Daniel.

—Sí, igual me enteré de como te reclamo después. —comenta, recordando como en el árcade se había topado por accidente con una plática entre ambos que no resulto muy bien, para ningún lado.

—Y no lo culpo, Daniel es un tanto... Inseguro. —piensa durante unos segundos la palabra adecuada. —Digamos que hay algunos factores que lo hacían sentirse inferior desde que llego al valle, y tú eras uno de ellos. —finaliza, con intensiones de informar en vez de acusar.

—¿En serio? No me imagino por qué. —suena sarcástico, aunque en realidad no era su intención.

—Tal vez porque solías abusar de él y agredirlo constantemente, pero solo estoy especulando. —suena sarcástica, y esa era su intención. —Nunca pensé que podrían llegar a llevarse bien.

—¿Llevarnos bien? No exageres Ali, él necesita sus trabajos y yo necesito aprobar. No hay más razón para intentar soportarnos. —eso y además, no era un desgraciado, sabía que en gran medida era su culpa que Daniel no pudiera venir a la escuela por su cuenta.

—Eso no me contó él. —comenta, intentando picar la curiosidad del rubio.

—¿Ah sí? ¿Qué te contó? —"calma tu voz Lawrence, hazte un favor y no suenes tan ansioso."

—Que era agradable tenerte ahí. Incluso admitió que comenzaba a poner de su esfuerzo para intentar hacer que te la pasaras bien.

Johnny solo puede sonreír al recordar la escena de la ridícula imitación de Michael Jackson.

—Aunque no sé si me sorprendió más ver a mis dos ex conviviendo o ver a Daniel con tu chaqueta puesta.

Su chaqueta, claro, ni siquiera recordaba a donde la había llevado, tampoco tuvo mucho tiempo de sentirse preocupado por esta misma, tal vez porque sus pensamientos estaban ocupados en otras cosas y... —Espera. ¿Tus dos ex?

Ali ríe por el tiempo que se tardó Johnny en reaccionar. —Sí, fue él quien rompió la relación, aunque me dijo que podía decir que fue al revés.

—Pero, ¿qué paso? —a saber por qué le interesaba esa información, aunque le parecía increíble que fuera Daniel quien decidiera soltar a la chica y no al revés.

—Eso... —se detiene, guardando las palabras en su boca. —Eso es algo que no me corresponde a mí decirte. Pero es realidad no importa. El punto es que ya no hay nada entre nosotros. Bueno, seguimos siendo amigos, pero hasta ahí.

—Que idiota... —dice para sí, pensando en lo absurdo que fue su ataque de celos el día anterior, completamente injustificados a prueba de la nueva información. —Él, quiero decir, por haberte dejado. —arregla, dándose cuenta de que lo anterior lo menciono en voz alta.

—Bueno, así son las cosas, no sabes cuando debes de irte para permitir que algo nuevo suceda. —Ali no sabía si decía esto para ella o para Daniel. —Aun así, creo que es la situación perfecta para que ustedes dos puedan estar juntos.

—¿D-De qué estás hablando? —suelta aturdido por el comentario.

—Sí, aunque no lo creas Daniel podría ser una gran influencia para ti, serían una buena amistad. —repara la rubia, enmendando sus palabras.

"Ah... A eso te referías." piensa, reincorporando su calma.

Una vez más, escucha que alguien golpea el vidrio de su ventana, ahora de su propio lado, el hombre de anteojos que había representado el inicio de sus problemas lo miraba con un enojo oculto, fallando en mostrarse tranquilo. Johnny baja el vidrio para atender a la llamada.

—Sr. Lawrence, ni siquiera me voy a poner a cuestionar por qué no estuvo en ninguna clase, tome los trabajos de LaRusso y por el amor de Dios, los quiero para mañana o yo mismo me encargo de reprobarlo. —suelta fulminante, llevando su vista a Ali. —Señorita Mills. —dice en son de saludo.

Ali suelta una sonrisa abrumada, el profesor deja los papeles en manos de Johnny y pasando a retirarse.

—Creo que tienes cosas que hacer, no te interrumpo más. —se despide Ali, antes de salir del coche, desapareciendo de la visibilidad del rubio.

Johnny vio como la rubia se alejaba cada vez más, dejándolo a él, sólo con sus pensamientos. Le causaba cierta felicidad inquieta los recientes acontecimientos, pero de la misma manera una incertidumbre temerosa, confrontar sus pesares era más fácil cuando el lenguaje universal de los puños era el medio de comunicación, sin embargo algo le decía que esta vez no podría resolver sus problemas golpeando a alguien, menos si el involucrado era Daniel, pues esa práctica ya la había realizado y el que peor salió parado fue él, esta vez tendría que cambiar la fórmula y aunque no se le ocurría nada en el momento, bueno, tenía la esperanza de que algo surgiría de camino al departamento del castaño.








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Creo que este es el capítulo más corto que he escrito hasta el momento, este o el de Johnny llegando por primera vez al departamento de Daniel, aunque siento que estos caes cortos tienen mejor calidad, no sé (? 

Weno, solo puedo decir que en verdad espero no estar cometiendo sacrilegio (o sea, OCC) aunque a mi parecer estoy justificando de forma decente la actitud de nuestro rubio. 

Recuerden, cualquier consejo o debate es bienvenido, de nada me sirve estar escribiendo tanto si no mejoro xd, y no puedo mejorar si no me doy cuenta de mis errores, entonces saquen toda su ira contra mí (? 

Sin más que decir, se despide su buen amigo, El Mosco. 

EhHHhHHHHhHHh, antes de que se vayan, diganme que canción piensan estaba escuchando Johnny en su cochecito ;)

Strike & Balance - (Johnny x Daniel, LawRusso, ABO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora