Capítulo 11

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Una vez más el sol entraba invasor por la ventana de su cuarto para filtrarse a través de sus párpados, Johnny no entendía por qué si ya era consciente de que los rayos de luz lo estarían esperando cada mañana para recordarle que debe de moverse de una vez por todas de su cama para ir a la escuela no había cerrado las cortinas antes de irse a dormir, con el despertador no le tomaba mucho tiempo reconciliar el sueño, pero sentir la luz natural calentando los edredones en los que se metía lo volvía todo más incómodo, además de sumarle eso su propio calor corporal mezclado con el sudor provocado por lo que venía convirtiéndose ya en una incómoda costumbre, sus sueños con LaRusso.

Para sorpresa de él, ese día su cuerpo no se sentía tan quejumbroso y pegajoso, aunque el aturdimiento aún se hacía presente, acompañado de una extraña sensación de adormecimiento, ahora que hacía memoria su sueño realmente no había sido tan ideático como en días pasados, LaRusso se encontraba encima de él, recostado en su pecho como si Johnny fuera algún tipo de almohada corporal, de vez en cuando subía la mirada para robarle un beso, a lo que él respondía gustoso con una sonrisa idiota, como ya había mencionado antes, el sueño fue bastante tranquilo, y la sensación en su cuerpo más que ser de una errática exitación ahora se trataba de un extraño estado zen que se extendía desde lo profundo de su pecho a cada extensión de su cuerpo, a lo mejor eso era responsable de que sintiera el adormecimiento en sus extremidades.

Esa sensación debía de ser provocada por la paz que sentía desde ayer, ayer en la tarde para ser más precisos, justo después de resolver de una forma tan surrealista las cosas con LaRusso, porque sí, primero se hubiera imaginado compitiendo en el torneo del próximo año contra Daniel para solucionar las cosas con puñetazos y patadas antes de haber hablado como una persona civilizada como lo había hecho, si alguien le hubiera intentado explicar lo satisfactorio que podía ser reconocer un error y pedir disculpas probablemente lo hubiera tomado por loco, pero ahora que lo vivía en carne propia no había forma más clara de entender lo equivocado que estaba; aunque también lo podía relacionar con ese extraño calentamiento del día anterior, ese que hizo junto a LaRusso, aunque estuviera completamente enfocado en poder hacer los movimientos de forma adecuada, podía percibir la calma de Daniel siendo contagiada a él, o posiblemente proviniera de él mismo gracias a los movimientos lentos, comenzaba a entender como era que el viejo se veía tan tranquilo en su pelea con Kreese; y ahora que se estaba aventurando a encontrarle sentido a todo esto, ¿por qué no culpar al propio LaRusso? A lo mejor estar cerca de él estaba tranquilizando a su alfa, o tal vez se comenzaba a acostumbrarse a su aroma y por eso al soñarlo ya no era tan invasivo.

Y eso debería de ser algo bueno ¿no? Debería de ser una señal de buenas noticias y aviso de que sus días ya no serían tan azarosos como había previsto vivir durante largas jornadas, y si esto era así, si ya no tenía que lidiar con aquellos concupiscentes sueños, ¿por qué se sentía tan alborotado? Aun tenía la cabeza llena de él, aun tenía deseos poco puritanos con él, aún quería estar cerca de él, y ver su estúpida y resplandeciente sonrisa como ayer, como en sus sueños, y se sentía tan tonto, tan vulnerable por querer a alguien así, porque ese alguien sea LaRusso, por sentirse incluso más ansioso que antes cada vez que imaginaba esos enormes ojos marrones, y era tan molesto y agradable a la vez. Ahora entendía a Tommy, ahora entendía por qué sonaba como si estuviera obsesionado, por mucho que quisiera volver a su indiferencia, ahora estaba ahí, y algo le decía que no se desprendería con facilidad.

...

Un nuevo día de clases, un nuevo día en el que Johnny no prestaría atención a prácticamente nada, él estaba más que bien jugueteando con el lápiz en sus manos, lápiz que había tomado de una banca próxima a él cuyo propietario ya se había rendido hace minutos de intentar encontrar. Las cobras mantenían una estúpida platica en donde discutían como hubiera sido Rambo si en vez de ser interpretada por Sylvester Stallone el personaje principal hubiera sido Arnold Schwarzenegger, y exactamente por eso era estúpida, le gustaba Terminator, pero no tanto como Rocky, por eso mismo se mantenía al margen, o eso quería hacerse creer, tal vez porque la realidad era que cada treinta segundos perdía el hilo de la conversación, para ser más precisos, la imagen de Daniel viéndolo burlón recargado en el marco de su puerta, esperando ahí hasta que él entrase, eso era lo que le hacía perder el hilo de la conversación. Seguía su mente divagando en todo lo que había pasado los días pasados, de vez en cuando se preguntaba que fue de la llamada de ayer, esperando que lo poco que logro decir no fuera suficiente para que su voz haya sido reconocida, idealizando que fue tomada por un número equivocado. Pensaba en los estúpidos comentarios de Daniel, en como no había sido raro llamarlo por su nombre, en lo mucho que le gustaba ser elogiado por él, más de lo que le gustaba ser elogiado por cualquier otra persona, incluso cuando se mostraba sorprendido por su habilidad en matemáticas, lo que a su opinión era el rasgo más parecido a ser un nerd que poseía, o los chistes tontos con tinte sexual que él había comenzado, la frase de "llevarlo a la cama" seguía rondando constante, "Oh LaRusso, si una cena fuera suficiente para poder acostarme contigo, te llevaría al Birch sin ningún problema". No puede evitar atragantarse con su risa ante el bochornoso pensamiento, frenando de golpe la conversación que aún se llevaba a cabo entre sus amigos.

Strike & Balance - (Johnny x Daniel, LawRusso, ABO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora