Era de noche en la gran escuela Hogwarts iba a dar mis caminatas nocturnas como todas los días. Esta noche era la última del verano ya que mañana partía el tren a la estación de Londres y particularmente hacía calor. Pero en especial ese día se escuchaba un ruido por las mazmorras provenientes de la sala común de Slytherin.
Supuse que era una de sus fiestas de fin de año la curiosidad me llevo a ver qué era lo que sucedía. El pasillo era obscuro y silencioso solo se escuchaba una música muy tenue, el pasillo era alumbrado por unas grandes lámparas de velas mágicas, asome mi cabeza en la esquina del gran pasillo y vi como varios estudiantes de todas las casas se metían a la sala común.
Cuando iba a dar un paso afuera para ver si podía escabullirme a la mentada fiesta que no fui invitada sentí unas grandes manos que me taparon la boca y me agarro para inmovilizarme. Sentí como aquella persona me arrastraba adentro de un cuarto que estaba por ahí por más que intente liberarme no podía ya que aquella persona era demasiado grande para mí.
Sentí como cerró la puerta de un portazo y me giraba contra la misma de una manera muy ruda. Fue ahí cuando vi quien era el que me había capturado. Nunca lo había visto así de cerca su cabello platinado caía suavemente por su frente por los movimientos de intentar liberarme. Sus ojos gris se veían más claros ahora que lo tenía de frente pude detallar sus pestañas que eran un poco rubias, y su entrecejo fruncido. Me miraban con tanta curiosidad, justo como yo lo hacía. Su mandíbula estaba tensa por verme ahí de nuevo como cada noche.
— Otra vez tu— Susurro tan profundo que pude percibir su aroma a menta.
Seguía sosteniéndome y justo cuando se dio cuenta me soltó tan abruptamente que casi me caigo encima de el pero pude mantener la compostura.
— Solo daba un paseo Malfoy. — dije con la voz en susurro justo como él.
Me dio un recorrido de pies a cabeza y sentí un leve sonrojo de mi parte al ver que solo iba con mi pijama de verano una simple playera XL y él estaba con un maldito traje negro que le quedaba tan bien y contra tastaba a la perfección con su piel pálida. Me sentía nerviosa de estar ahí sola con él, aparte la mirada porque sabía que tenía la cara roja porque me atrapo viéndolo con malas intenciones.
Fue ahí que me di cuenta que estábamos como en una mini biblioteca con un gran ventanal de fondo y se apreciaba a la perfección la torre de astronomía y de fondo la gran luna llena brillante.
— ¿Solo dabas un paseo? — Dijo y centre mi mirada de nuevo en él, tan alto, tan inalcanzable. Sentí que se acercaba a mí de nuevo y metió las manos en sus bolsillos — ¿O solo vienes a verme?
Era obvio que solo pasaba por aquí porque sabía que era el prefecto de Slytherin y sabía que estaba en su última guardia gracias a la plática que escuche en los baños de mujeres esa misma tarde. Pero claro que no dejaría que supiera que estaba ahí solo por él.
— Bueno, me invitaron a la reunión de tu sala común. — Le mentí y aparte la mirada porque sabía que me estaba viendo, sentía sus ojos en mi para ver si estaba mintiendo.
— Y porque estas tan nerviosa — Se acercó tanto que no me quedo de otra que verlo a su bello rostro a pesar de ser tan joven se veía tan maduro para su edad que quede fascinada con su cercanía pero aun así el nerviosismo en mi era consciente.
— Yo no estoy nerviosa... — Dije claramente nerviosa al tenerlo tan cerca tanto que pude percibir su olor a perfume caro.
— ¿Porque últimamente te veo tanto por aquí? — Lo susurro en mi odio y sentí que todo mi cuerpo tembló con la tensión que se estaba formando entre nosotros.
— No sé de qué hablas Draco. — Sin previo aviso me agarro del cuello de una manera violenta y me pego a la puerta de madera la cual hizo un estruendo con mi pequeño cuerpo. Estaba segura que se quedarían marcados sus largos dedos en mi cuello y de una manera u otra me fascinaba la idea. Pero no quería demostrarlo.
— ¿Qué es lo que quieres de mí? — Pregunto con más fuerza y se acercó tanto a mi cara que sentí su respiración y la mía mezclarse. —Y no digas mi maldito nombre.
Era mi oportunidad de poder seducirlo, sabía que se sentía igual de atraído a mi lo sabía por cómo me veía. Así que tome el valor y puse mis ojos sobre los de el para saber qué era lo que me transmitían. Y se veía que estaba igual de enganchado como yo lo estaba de él.
Puse mis manos en su pecho y sentí su corazón que iba al compás del mío. Sentí como su mano que estaba en mi cuello aflojo el agarre y pase de ver sus ojos a ver sus labios que se relamió, fue un acto tan simple que sentí una corriente eléctrica que me recorrió todo mi cuerpo. Cuando subí mis manos a sus hombros de una manera muy lenta para que tuviera en cuenta mi tacto. Sentí como se estremeció bajo mi simple caricia. Sentí el ambiente más caliente a mí alrededor. Sentía su respiración que se comenzaba acelerar. No sabía lo que hacía pero sabía que estaba funcionando.
— ¿Qué tiene que diga tu nombre?- lo dije igual de seductor que él. — Te pone nervioso. Draco...
Su mano paso de mi cuello a mi cabello y me pego a él y choco nuestros labios en un beso tan salvaje que no me dio tiempo de reaccionar su otra mano estaba en mi espalda baja pegándome a un más a su cuerpo, podía sentirlo todo. Era algo tan fascinante que sentía que estaba soñando.
El beso se volvió más rudo tanto que chocaban nuestros dientes en el movimiento. Su lengua recorría todo lo que podía. No podía creer que esto de verdad estuviera pasando. Tantos días soñando con este momento y ahora que está pasando no me lo creo.
Jala mi cabello hacía atrás que queda mi cuello a su disposición y el no duda en bajar ahí y dar besos húmedos y mordidas que talvez dejarían marca. Estaba tan extasiada que no me di cuenta cuando bajo su mano de mi espalda y la coloco en mi trasero y lo apretó de una forma tan deliciosa que sentía escalofríos por todo mi cuerpo, se me salió un profundo Gemido en su oído y supe que lo tenía a mi disposición porque regreso a mis labios y en vez de besarme comenzó a morderlos de una manera muy sensual y húmeda. Estaba tan excitada que quería más. Y él lo sabía. Soltó mi cabello y bajo su otra mano a mi trasero subió mi playera para tener todo el acceso a él y me levanto para que enrollara mis piernas en su cintura, lo hice y me sostuve de su cuello mientras seguía embistiendo mis labios, nuestras respiraciones eran tan aceleradas que se escuchan más que nuestro rose, me separo de la puerta y me llevo a una mesa que estaba alado de un librero así quien entrara no podría vernos. Fue ahí que se separó y puso su frente en la mía.
— Me vuelves loco— Me susurro de una manera muy sensual. — Desde hace mucho tiempo quería acerté mía.
Solo hizo que me calentara más. Estaba tan húmeda que podía palpar la humedad entre mis muslos. Levanto su mano y me acaricio con su pulgar mi labio inferior. Sentía que era una fantasía, sus ojos grises se veían más obscuros que de costumbre, su iris estaba tan dilatado que casi se veían negros. Sus labios se veían rosados de la sesión de besos, y su cabello despeinado se veía aún más blanco con la luz de la luna. Todo era tan perfecto. Todo él era perfecto. Su mano libre estaba en mi muslo descubierto y empezó una caricia tan delicada que hizo que se me erizaran todos los vellos de mi cuerpo. Él sabía lo que quería, lo quería a el de todas las maneras posibles.
— Por favor Draco...— Dije entre sus labios de una manera de súplica. Pude notar que sonreía a pesar de la obscuridad de la sala.
Volvió a juntar nuestros labios pero no como anteriormente si no de una manera más delicada y más lenta. Ahora si podía disfrutarlo más. Sentía el rose de nuestros labios, el rose de nuestras lenguas al compás. Aprovecho y le quito el saco y lo dejo ahí mismo en la mesa. Se queda solo con un suéter negro, al tacto era suave y ligero igualmente se veía y sentía muy caro. Draco por su parte acariciaba cada parte de mi cuerpo, pasaba de mis piernas a rodear mi espalda, quería más y por lo visto él no se animaba así que con un poco de ayuda, Puse mis manos en las de él y las dirigí a mis pechos por suerte no llevaba sostén el no dudo en apretarlos se separó un poco para poder ver mi reacción y ver si era de mi agrado. Por mi parte sentía que me quemaba, estaba ardiendo y los gemidos comenzaron a salir de mi boca conforme pasaba sus dedos por mis pezones erectos. Comencé a mover las caderas para ver si conseguía un rose en la parte de mi cuerpo que más lo necesitaba y lo conseguí ya que Draco me tomo por las caderas y me acerco más a él si era posible, comenzó con los anteriores besos, más salvajes y rudos mientras se le salían unos suspiros tan profundos y melodiosos para mis oídos. Me tomo de la barbilla y me sujeto de una forma en que lo viera a los ojos.
— No seré lindo contigo — Me dijo en un extraño gemido.
— No lo seas— Dije de una forma un poco perversa y a la vez dulce y con una sonrisa en mi boca, lamí su pulgar con el que me sujetaba. Su rostro era una poesía ya que me miro como si estuviera loca, no imagino que diría algo así pero me miraba con tanto deseo que mordió su labio mientras yo succionaba levemente la yema de su dedo. Me sujeto del cabello y me hizo la cabeza hacia atrás y beso cada parte descubierta de mi escote. Con cuidado quite su cinturón y desabotone los botones de su pantalón, soltó mi cabello y coloco una mano en mi cuello para tener el poder en mí que tanto anhela y su otra mano bajo hasta mi muslo y comenzó a subirla hasta la parte de mi ropa interior. Justo cuando estaba por llegar a la parte donde más necesitaba su caricia se detuvo para verme a los ojos mientras me seguía sujetando del cuello. Se formó en su rostro una sonrisa de superioridad al tenerme como él quería, él quería que le suplicara por mí placer y yo por mi parte lo necesitaba tanto que no me quedo de otra que pedirle con la mirada que me hiciera de una vez todo lo que él quisiera.
— Por favor Draco...— Repetí por segunda vez en la noche, lo deseaba dentro de mí. Su mano por fin toco el punto más sensible de mi ser y un gemido de puro placer abandonó mis labios, sentí una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
— Estas tan mojada— Draco susurro en mis labios y volvió a besarme de esa manera que se voy a extrañar cuando esto acabara.
Se separó de mí para poder quitar mi ropa interior y aunque fue solo un segundo sentí un frio horrible al tenerlo tan lejos de mí, Pero de inmediato regreso a colocarse entre mis piernas y ahora que no había ninguna tela que cubriera mi parte, sus dedos volaron a ella y comenzó una deliciosa caricia. Parecía experto en esto ya que sabía el punto exacto de mi placer y no dudo en tocarlo y frotarlo tan bien que se me cerraban los ojos del placer que sentía. Mis gemidos eran callados por su boca que aunque no pudiera responderle a sus besos de tan caliente que me sentía, justo cuando sentí que no podía sentir más placer metió dos de sus largos dedos en mi interior y comenzó a moverlos de una manera que me hacía ver las estrellas mientras que con su pulgar acariciaba mi botón del placer sentía como toda yo era fuego después de un rato y con sus maravillosos movimientos de mano comenzó a susurrarme en mi oído como lo traía loco y que no podía esperar a estar dentro de mí. Y con eso me di por vencida, sentí como algo comenzó a crecer y se expandía por todo mi cuerpo, mis piernas comenzaron a temblar, mientras aumentaba la velocidad de su mano. Tuve que sostenerme de su cuello mientras mis gemidos eran tan fuertes que con su otra mano me tapo la boca mientras terminaba en su mano.
Me sentía aturdida de lo que acababa de pasar. Draco Malfoy me había dado un maldito orgasmo tan delicioso que sentía que me estaba deshaciendo ahí mismo con él entre mis piernas, sentía el frio de mi sudor en mi espalda y los espasmos de mi entrepierna alrededor de la mano de Draco.
Fue ahí que escuche como bajo el cierre de su pantalón y lo bajo justo para poder sacar su enorme miembro casi no me dio tiempo de verlo ya que justo lo saco me dio una tremenda embestida que me dejo sin aliento. Cuando lo tenía en lo más profundo de mi se escuchó como dejo salir un gemido de puro placer que se estaba aguantando. Por mi parte me sentía tan llena y tan plena que comencé moviendo mis caderas para darle el acceso a mí que tanto quería. Él no lo dudo y me sujeto de mi trasero y comenzó con sus embestidas tan duras que se escuchaban nuestros cuerpos chocando, era tanto el placer que estábamos sintiendo que ya no nos importaba si nos escuchaban o no, pero aun así mis gemidos eran tan fuertes que el intentaba callarme con sus labios y esto solo hacía que me sintiera más plena cada embestida era una bomba en mi cuerpo, podía sentir como entraba y como salía, nuestros cuerpos eran uno solo. Me llenaba por completo, como él no tenía una idea esto era más de lo carnal. Era un sentimiento tan puro que hacia el momento más perfecto. Podía escuchar sus gemidos por lo bajo y hacia que toda yo me sintiera tan impresionada por lograr que sintiera tanto placer como yo lo estaba sintiendo. Y justo cuando volvía a sentir ese extraño hormigueo en mí, justo cuando sabía que estaba por llegar se detuvo, y se separó de mí dejándome vacía y temblando.
— Bájate de la mesa y date la vuelta— No me lo estaba pidiendo, me lo estaba exigiendo.
Como pude baje mis piernas de la mesa sentía que me iba caer. Estaba temblando por todo lo que acaba de pasar. Apenas me di la vuelta puso una mano en mi espalda y me empujo a la mesa mis pechos chocaron contra la madera y mi trasero quedo al descubierto, el me sujeto ambas manos atrás de mi espalda con una sola mano y con la otra comenzó amasar mi trasero y en unas de esas me dio una nalgada tan dura que brinque de la impresión. No me dolió ni nada solo fue la sorpresa. Sentí su miembro en mi entrada y lo comenzó a introducir muy lento en mi interior. Sentí como se iba abriendo paso en mí, como me recorría todo mi interior hasta que estuvo por completo dentro. Los dejamos salir la respiración que nos estábamos aguantando y comenzó a moverse primero lento para poder disfrutarlo en mi interior después de un tato comenzó a embestirme de una manera más voraz y más rápida. Sentía como chocaba en mi trasero y como me estaba sujetando él tenía todo el control y eso le gustaba. Tener el control de todo. Y más de mí. Sus embestidas eran tan duras que sentía que tocaba el cielo con cada una de ellas. De un momento a otro me sujeto del cabello y me pego a el mientras me seguía agarrando las manos atrás de mi espalda. Mi espalda quedo pegada a su pecho mientras seguía embistiéndome, sentía su corazón que iba mil por hora su respiración en mi oído, sus gemidos y como pronunciaba mi nombre. Era la maldita gloria. Y de esta manera podía sentirlo ahora más adentro, sentía que iba a llegar sentía cerca el gran orgasmo, sabía que iba arrasar con todo.
Fue ahí que bajo su mano y con sus hábiles dedos comenzó a frotarme mi botón del placer mientras seguía entrando y saliendo. Sentí como las piernas comenzaron a temblarme como la humedad se esparcía y bajaba por todas mis piernas.
— Vente para mi— Gimió en mi oído de una manera que toco todos mis sentidos eh hizo que toda yo se quemara viva en un orgasmo tan fuerte que tuve que agarrarme de su suéter para no caerme. Mi interior comenzó a palpitar de una manera que no lograba controlar mis piernas y mis brazos se tensaron por todo lo que estaba sintiendo, mis ojos se cerraron pero el seguía embistiendo tan fuerte que escuchaba nuestros cuerpos al unísono, sentí como mi cuerpo convulsionaba a su alrededor.
— Dra...co... — Intente pronunciar pero no fue más que un simple gemido. Salió de mi interior tan abruptamente que me sentí vacía en todas las maneras. Me giro y me subió de nuevo a la mesa, pude ver sus ojos plata como la luna detrás de él, su cabello despeinado igual del mismo tono que la misma luna y piel porcelana con un rubor en sus mejillas tan tenue por la obscuridad de la sala. Enterró su cara en mi cuello y yo me sujete de el mientras volvía a penetrarme tan voraz y tan violentamente que me robo la respiración sus gemidos en mi cuello eran tan deliciosos que sentía su placer por todo mi ser me sujeto de las caderas y pego su frente en la mía para verme a los ojos mientras sus embestidas aumentaron como sus gemidos en mis labios, sabía que estaba cerca del final. Coloque mis manos alrededor de su cuello y comencé a mover mis caderas para aumentar los movimientos. Sentí como se tensó bajo mi tacto y sus gemidos fueron más guturales se acercó a mis labios y mordió mi labio inferior mientras se corría en mi interior. Sentía sus palpitaciones, Sentía su respiración agitada y su temblor en las manos mientras me sujetaba y terminaba en mí.
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El amanecer estaba cerca y nuestra despedida igual. Estaba recargada en la mesa donde di todo de mí, mientras Draco se ajustaba su cinturón y se colocaba su caro saco mientras le quitaba unas inexistentes arrugas, yo solo podía observarlo y ver lo perfecto que era y recordar lo que acabábamos de hacer. Me ruboricé de inmediato y una estúpida sonrisa se formó en mis labios ¿Draco Malfoy y yo? Creí que estaba soñando hasta que la persona en la que estaba enfrente de mi me tendió su mano yo la tome y antes de abrir la puerta de la sala me jalo a él y me beso tan inesperadamente y de una manera tan dulce que sabía que era un beso de despedida. Mi corazón se apretó y sentí que quería llorar, sabía que era la última vez que lo vería hasta regresar de vacaciones. Puse mis manos alrededor de su rostro y me separe para poder verlo. El no dijo nada solo me sonrió de lado sin separas sus labios.
— Nuestra última noche de Verano ¿No? — Me dijo con una voz tan dulce que no pensé que fuera el mismo Draco.
Asentí y abrí la puerta y comencé alejarme. El amanecer estaba cerca podía ver como el color rosa se comenzaba asomar por los enormes ventanales. Nuestra última noche de verano.****
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La última noche de verano (Draco Malfoy) (+18)
RomanceEs una noche muy calurosa en Hogwarts y te encuentras al mismo Draco, al mismo chico que dicen que es un dios en la cama ¿Será cierto? tendrás que averiguarlo Esta historia tiene contenido explícito para mayores de 18 😉