Prólogo

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El joven Nueva España está en un gran problema que se desencadena en el momento en que su padre regresa. Ha estado manteniendo una amistad secreta con el hijo del Imperio británico durante ya algún tiempo, y esto se debe a que su padre le parece repulsivo cualquier contacto que su hijo pueda tener con el inglés, por las diferencias políticas que el Imperio Español y el Imperio británico solían emplear, totalmente opuestas acerca de sus respectivas colonias y la forma de criarlas.

Estos grandes Imperios que han estado manejando la mayoría de las nuevas tierras habían estado ocupados durante el momento en que sus hijos se conocieron, pequeños e ingenuos, sin siquiera saber que el simple hecho de compartir una mirada estaba prohibido por el padre de uno de ellos.

Nueva España lo aprendió por las malas, pero eso no lo detuvo.

Volvió a escabullirse de su casa para encontrarse a media noche en la frontera con el chico de piel pálida cual escarcha donde colindaban sus antiguas tierras, y de esta manera, disfrutar de la simple compañía del otro. Esta particular situación se dio por varios meses, meses y meses, que se sumaban uno detrás de otro, hasta que paso más de un año de sus recurrentes encuentros debajo de las estrellas, donde compartían risas, bromas y sobre todo secretos, los cuales los hacían sentirse como en casa, como si fuera ahí donde pertenecían y no en sus respectivos territorios, con su pueblo.

Estaban completamente enamorados el uno del otro, sin saberlo, totalmente devotos a su amor que no sabía de guerras, de política o de diplomacia, haciendo que, con cada separación que inexorablemente llegaba, quedaran con el corazón hecho pedazos al volver a la horrible realidad donde no podían decir lo que pensaban y mucho menos, lo que sentían.

Esta terrible ansiedad de volver a verse después de varias semanas de dolorosa separación causo que uno de ellos cometiera un grave error, una simple carta, que paso por las manos en las que confiaban, las cuales fueron destruidas por traición tiempo después, sin saber que, de alguna manera, la imperdonable falta de atención a esa simple y sencilla carta, con unas cuantas palabras y una dirección pondría fin a esas noches llenas de ese sentimiento que hace que una sonrisa se quede estancada en el tiempo. Lo que al final se convierte en un recuerdo, como una fotografía que puedes ver en tu mente, sin saber por qué esa simple imagen te causa ese calor en el vientre, inconfundible para los veteranos, aterradora para los principiantes.

De alguna manera su padre llego a enterarse, y oh, ojalá que dios tuviera piedad de su alma porque él definitivamente no la tendría.


The Duty -USAMEX ONE SHOT-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora