2
Una semana había pasado, y por alguna razón, no dejaba de pensar en Hoseok. En las palabras que me había dicho, en su precioso cabello y aquel abrazo consolador que me había dado. Además, la última petición de Charlie no dejaba de dar vueltas en mi cabeza.
—¿Hablabas en serio con tomarte el año escolar de la universidad? —me preguntó Samantha, pelando un durazno sobre la mesa del comedor, al lado de la cocina.
—Claro que sí, tengo diecinueve años, soy joven para estudiar, tengo tiempo. ¿Y tú qué, eh? Veintiún años y sigues en la casa de sus padres —le espeté.
Mi hermana era una chica con aire "rebelde", le gustaba el rock, no sé muy bien qué bandas, pero disfrutaba de ir a conciertos de los que nunca me contaba porque no estaba interesada en el tema. Tenía una obsesión con el negro, es más, en ese momento utilizaba una camiseta de ese color en la que estaba estampada una mano dibujada, levantando el dedo pulgar, índice y meñique, y unos shorts de gabardina que hacían juego. Con respecto a su físico, era pequeña de estatura, ni muy flaca pero tampoco gorda, pecas, ojos verdes, poseía un piercing en la nariz y su cabello pelirrojo teñido le llegaba justo al final de los homóplatos.
—Me mudaré pronto, cuando sepa qué estudiar y/o aquellos cafés de clase acepten a alguien que se ve como yo—rodó los ojos—. Actúan como si fuera un monstruo—bufó. Me reí burlándome de ella, y mientras buscaba el azúcar en la alacena le pregunté:
—¿Y qué tal todo con Patrick?
—Terminamos.
—¿Qué?
—Es un pobre virgen nerd que lo único que le importa son sus notas. Estaba conmigo solí para tener una mejor imagen. No podía mantenerlo más, lo quería, pero ni podía darme un poco de placer. En cambio Damon...—se relamió los labios—. Él sí que sabía cómo hacerme suya—inmediatamente me tapé los oídos y la miré entrecerrando los ojos.
—¡Eres una cerda asquerosa! —grité, a lo que ella respondió con carcajadas.
Me senté a su lado con el té ya preparado y le di un consejo: —Debes buscar al chico indicado para ti, hermana. Porque ya sabes, hay que vivir como si no hubiera un mañana.
Samantha palmeó mi hombro y me regalo una de esas hermosas sonrisas que tenía escondidas para ofrecer en los momentos que lo ameritaban. Luego, sin más rodeos, nos dedicamos a desayunar, estábamos terminando cuando a las 10:04 exacto, alguien tocó el timbre.
—Yo voy—sentencié. Con mis dedos, arreglé un poco mi cabello castaño oscuro y lacio que estaba despeinado ya que era temprano aún y sólo me había encargado de cepillar mis dientes. Abrí la puerta, para encontrarme con la sorpresa de Hoseok parado del otro lado, con una sonrisa y las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero.
—¿Puedo pasar? —preguntó. Asentí con la cabeza gacha, para cubrir mi cara ruborizada de la vergüenza con mechones de cabello. Cuando estaba dándome la espalda, caminando hacia la cocina, le hice una seña a mi hermana, tapando mi rostro con la mayoría de los pelos negros de mi cabellera. Me había visto en ese estado, con ojeras, despeinada, y vistiendo un camisón blanco de dormir, calzando pantuflas de conejo en los pies. ¡Estaba muerta! "Ay, no seas exagerada, Jade" me regañó mi voz interior.
—¿Qué te trae por aquí, apuesto caballero? —curioseó Sam, mirando al mejor amigo de la difunta Charlie, que se entretenía contemplando los sillones y la televisión plasma del living, sumado a los distintos adornos.
—¿Y cómo sabes dónde vivo? —agregué. Él se giró sobre sus talones y nos mostró una linda sonrisa plasmada en sus labios.
—Charlotte, me ha mandado a que cada tanto te entregue de estos —me extendió una nota de color celeste que sacó de su chaqueta—. Supongo que me tienen que durar un año y quedan cuatro más, así que tendré que ver cómo utilizo el tiempo.
"Siéntete bien contigo misma" leí para mis adentros.
Subí las escaleras hacia mi habitación y me contemplé en el gran espejo de largas dimensiones. Casi siempre intentaba evitarlo, cambiarme en un rincón, mirar para el frente cuando pasaba por allí, y en algunas ocasiones lo cubría con una tela bordó.
Recordé esos momentos cuando yo le hablaba de mi baja autoestima a Charlotte, y ella sabía calmarme, y hasta por unos minutos me sentía bien, fresca y hasta bella. Mr hablaba con tanta sinceridad que creía sus palabras. Me hablaba mirándome a los ojos, sonriéndome. Me encantaba que me hablara. Me encantaba oír su voz. Estaba segura de que si no fuera heterosexual o hubiera nacido hombre estaría enamorada de ella. David tenía tanta suerte.
Debía confesar que aveces tenía celos de ella, yo quería ser como ella, con tanta gente que la quería—a pesar de que sus padres sólo selccionaron a algunos para asistir al funeral— , esa confianza y paz que compartía en todas las atmósferas que se le presentaban. Era increíblemente preciosa. Y aunque me ayudaba con sentirme bien conmigo misma, cuando nuestros temas de conversación eran otros, el simple hecho de estar a su lado me hacía sentir aún peor. Inevitablemente, al pensar en ella, lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro.
—¿Recién te sentiste apenada porque te vi en estas condiciones, no?—. Mediante el espejo pude ver a Hoseok, apoyado contra la pared amarilla de mi habitación. No lo había escuchado entrar porque la puerta estaba abierta y andaba muy sumida en mis pensamientos—. Pero no entiendo por qué, y no creo que sea el único, pero no importa la forma en la que te vea te encuentro bonita.
—Mentiroso.
—Eh, recuerda la nota. Tienes que creerme, porque hablo con la verdad. Sólo que como tú no te ves de esa manera...
—Puedes estar soltando mentiras.
—Mira, sé que eso de aceptarte a ti misma te tardará, pero te daré un pequeño empujón.
—¿Cómo?
—Te demostraré que lo que te dije es verdad.
El pelinegro caminó hacia mí y me volteé. Conectó sus ojos con los míos y con un pulgar, tal como la otra vez, limpió mis lágrimas. Su tacto me regalaba tanta paz. Con su otro brazo, rodeó mi cintura y me acercó a él. Lentamente su rostro estaba más cerca, y por instinto, cerré mis ojos. Sus labios se encontraron con los míos y se unieron en un dulce beso. Un beso que hubiera querido disfrutar más, porque sólo duró dos segundos.
—¿Por qué te he besado?
—Porque... —me miró pidiéndome que prosiguiera, yo sabía la respuesta, y con una sonrisa continúe: —Porque soy bonita. Él asintió y Samantha que pasaba por allí para llegar a su cuarto exclamó:
—¡Luego dices que yo soy la cerda!
—¡Oye, no es lo que piensas! —me quejé.
![](https://img.wattpad.com/cover/31079671-288-k999037.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Like there's no tomorrow (J-Hope BTS)
Fanfiction"Vive como si no hubiera un mañana, es mi última petición..." Todo comienza con el fallecimiento de Charlotte, la mejor amiga de Jade. Ella se sume en un mundo de tristeza, hasta que Hoseok, el mejor amigo de la difunta -que ella había visto en al...