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sangyeon se encontraba en un rincón de una habitación vacía de la escuela, sus mejillas estaban algo mojadas por las rimas que había soltado y su respiración era agitada. veía sus manos que se encontraban vendadas para ocultar la sangre que tenían.

tenía miedo de lo que había hecho.

૮ • ﻌ - ა

— ¡el maestro kim no vendrá hoy! —avisó gritando hyunjun entrando a la aula.

— ¿hablas en serio? —preguntó changmin— ¿por qué no están esos dos? sus mochilas están aquí desde ayer —mencionó al ver dos pupitres vacíos y cada uno tenía una mochila encima.

todos iban a empezar a debatir el porqué estaban ausentes chanhee y jaehyun en sus asientos pero el sonido de una respiración agitada se hizo presente. sangyeon era el que hacía este sonido, todos lo miraron sin interés. lee sacó una pequeña caja de metal que estaba en la parte donde podías guardar cosas en el pupitre, al abrir la caja se encontró con aguja grande que estaba cubierta con un líquido rojo, en pocas palabras, cubierta de sangre. él gritó y cerró la caja para levantarse e ir a la salida de la aula, todos curiosos y extrañados los siguieron con la mirada.

sangyeon al encontrar una ventana, la abrió y tiró la caja de metal por ella. cuando él había salido, sus compañeros se acercaron a su escritorio observando que este tenía unos trozos de hilo negro pegados a la madera para parecer que este estaba cosido pero notaron que el asiento del pupitre sí estaba con unos pequeños huecos donde entraba y salía el hilo.

— oh por dios... ¡él está loco! ¿cómo lo hizo?

al terminar de decir eso, el peligris entró a la habitación y se acercó de nuevo a su escritorio pero notó que esa caja de metal estaba de nuevo en su escritorio y volvió a gritar.

— ya, pienso que está poseído —opinó sunwoo mientras que sangyeon movía las manos como si se estuviera defendiendo de algo.

— todos estamos condenados por él. es un monstruo. —eric tomó las cortinas y las jaló para que cayeran haciendo que la aula se ilumine.

teniendo aún en mano las cortinas empezaron a acercarse a él pero no percataron que jacob bae entró al aula junto a unos lentes de sol que cubrían muy bien sus ojos.

 oigan... no hagan eso —sangyeon se alejaba un poco cada vez que se le acercaban pero le cubrieron la cabeza con la cortina.

—¡muere! ¡tú, monstruo! —decían todos tratando de ahogarlo.

y ahí es cuando jacob reaccionó— ¡todos paren! —empujó a los que impedían su paso y los apartaba para sacar al peligris de ahí. lo tomó del brazo y lo arrastró hasta la escalera— escuché que tienes un superpoder. necesito tu ayuda, eres la única persona en la que puedo confiar —decía mientras subían a paso rápido las escaleras hacia la azotea.

ya arriba jacob comenzó a tomar unos pupitres viejos que estaban ahí y los puso en la puerta para evitar que alguien entre. sangyeon le ayudó sabiendo que sus compañeros de clase los habían seguido.

— mira mis manos. estoy maldito —comenzó a acercarse al borde de la azotea.

— ¿qué haces? —jacob corrió hacia sangyeon para detenerlo y lo tomó del brazo nuevamente para decirle algo al oído.

— ¡no vengas! ¡vete! —se zafó del agarre de bae.

jacob escuchó unos pasos que prevenían de la escalera, probablemente eran sus compañeros buscando al mayor.

— ¡abran! —la multitud comenzó a tocar la puerta con desesperación.

— ¡por favor, ayúdame! —pedía, o más bien rogaba jacob, quien se quitó los lentes de sol con brusquedad—¡mira mis ojos! —estos no tenían ningún brillo, eran tan rojos como el infierno.

— ¡vete! ¡vete!

el menor volvió a acercarse a sangyeon y empezó a quitarle las vendas a lee con dificultad ya que este se movía tanto que lo hacía una tarea difícil y complicada.

cuando la puerta fue abierta por los compañeros de jacob y sangyeon, ya era demasiado tarde y lo primero que vieron era una imagen muy extraña.

ambos estaban abrazados. lee con las manos llenas de sangre con una aguja e hilo, bae reposaba su cabeza en el hombro del peligris y en sus mejillas corrían sangre que caían de sus ojos, este volteo su cara hacia donde estaba el grupo de estudiantes.

sus párpados por fin cerrados pero esto era porque estaban cocidos con hilo negro.

sangyeon también hacía su trabajo en él, sus dedos estaba siendo unidos por el mismo hilo para que no vuelva a ser ningún otro daño.

todos gritaron al ver tal imagen y comenzaron a retroceder, voltearon a otro lado y lo que encontraron tampoco fue de su agrado.

el maestro kim junto a sus compañeros jaehyun y chanhee en el piso. younghoon tenía cosida la boca, a sangyeon no le gustó que se riera de él. sus compañeros choi y lee estaban unidos de los brazos, como los inseparables que eran detrás del profesor kim.

todos con el mismo hilo color negro.

— gracias, sangyeon. muchas gracias... —y esas fueron las últimas palabras de jacob, antes de morir desangrado.

«nadie supo de dónde vinieron los superpoderes...»

superpower boy ♡ sangcob Donde viven las historias. Descúbrelo ahora