Presente I: Después del chasquido

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I.

Fue hasta allí como un capricho, tal vez para burlarse de su ex esposo y regodearse de su miseria, después de todo el universo se estaba cayendo a pedazos y aquel era su único consuelo.

—¿Estás seguro de que es aquí, mapache?— preguntó con desconfianza mientras abandonaba la nave.

Lo primero que lo golpeó fue el frío y la abrumadora sensación de su piel demasiado descubierta como para aquel clima, lo cual resultaba una total ironía siendo el un Jotun (o lo que iba quedando de uno).

—Es por acá— dijo la criatura, señalando un letrero en muy mal estado en idioma que esbozaba justamente el nombre del pueblo "Asgardia". Loki no reprimió la mueca de desagrado ante la palabra y alzo su vista al puñado de casas distribuidos por ese inmenso Fiordo congelado. Sabía que muy pocos asgardianos se habían salvado de Thanos, muy a diferencia de su propio pueblo completamente extinto. Lo que no había logrado vislumbrar era la cantidad que se salvaría, no eran más que un puñado, empobrecido y a merced de un planeta totalmente en guerra y muerte.

Ese era el maldito legado que Odín y Laufey les habían dejado.

Siguió al animalillo hasta lo alto de una colina, alejada del pueblo y rodeada de basura y barriles de cerveza que iban desde el patio de una pequeña casa hasta la entrada misma de Asgardia.

—No está en sus mejores momentos— explicó el animalillo, acercándose hasta una mujer de tez oscura y complexión de guerrera saliendo de la casa. Ella de inmediato le dedicó una mirada de pocos amigos y escupió en su dirección.

—Como en los viejos tiempos— le sonrió avanzando hasta ellos con elegancia entrenada y una calma que no sentía.

—Eres el embustero— dijo la mujer a modo de saludo —creí que serías más...

—¿Azul? Lo era— contestó mostrando el maldito collar que absorbía su magia y lo disfrazaba en esa piel como castigo por su traición a Thanos.

—Como sea, puedes quedarte si él te lo permite— dijo encogiéndose de hombros, como si él no fuera el enemigo que destruyó el puente Bifrost y aniquiló sus defensas dejándolos a merced de sus enemigos —tengo problemas muchos más importantes que una ex esposa criminal despechada.

—¿Perdona?

—Siéntete como en casa, si ya te quieres ir sólo llámame, soy la Valkiria.

—¿Valkiria? ¿Cómo una de verdad?— la mujer rodó los ojos y se marchó sin una sola palabra más.

Aquello había resultado mucho más fácil de lo esperado.

Rocket entró con él, husmeando en el horrendo chiquero con el mismo asco y desagrado que se dibujaba en su cara. Por allá en una habitación del lado de una diminuta cocina, se podían oír los inquietantes ronquidos de una bestia terrible.

Loki reprimió el impulso de girar en redondo y salir corriendo hasta la nave, muy en parte porque el mapache sería testigo de su huida y su orgullo era lo único que actualmente le iba quedando.

—Entonces, ¿cuánto tiempo estuvieron casados ustedes dos?— dijo el animal rompiendo el silencio, mientras abría las ventanas en busca de aliviar el hedor que expulsaba toda esa inmundicia.

—Medio milenio— masculló observando la reacción asombrada de la criatura.

—Suena como un montón de tiempo.

—Fue una maldita eternidad, sí.

Loki devolvió su atención a la sala de estar, lo único que no poseía una montaña de chatarra era un largo sofá con manchas de sudor y un televisor frente a él con la pantalla en blanco.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2020 ⏰

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