capítulo 09

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❝ siesta ❞

          

Luego de la maratón de películas infantiles, exceso de golosinas y varias caídas por saltar en la cama mientras interpretaban varias canciones de Disney, los pequeños finalmente estaban exhaustos. Su energía viéndose absorbida por el atardecer del sol.

Nayeon se había encargado de preparar la ducha para los infantes, pues tanto juego los había dejado transpirando, además de las embadurnadas de dulce por todas partes.

En la tina del cuarto de baño, yacían Jimin y Jungkook tomando de su ducha, salpicando agua en sus rostros, jugando con los patitos de goma y ayudando el uno al otro a enjabonar su cabellito con suaves masajes. Todo con la supervisión de Nayeon, claro.

Al finalizar dicha acción, Nayeon los secó y arropó con sus respectivas pijamas. Tiempo después, les estaba dando de cenar leche y galletas sin azúcar —puesto que ya habían consumido bastante ese día—. Jungkook alimentaba a su pequeño y lindo esposito con las galletas, mientras que este depositaba un besito en la mejilla contraria por cada pieza que ingería.

—¿Ya terminaron de comer? —interrogó Nayeon, luego de recibir a Jeongyeon que llegaba de hacer las compras para la despensa.

—¡Mhm, mhm! —formularon ambos, aún con las mejillas llenitas e infladas como una ardilla.

—Muy bien. Ahora cepillen sus dientes y vayan a dormir, ya es tarde para que sigan despiertos —ordenó Nayeon, amablemente.

—P-Pero, mami, ¿podrías leernos un cuento antes de dormir? —preguntó Jungkook, luego de pasar la papilla que había hecho con sus pequeños dientes.

—¡Sí, sí! Por favor —pidió el castañito, con sus tiernos ojitos brillando.

—¡Minnie! —derrepente exclamó Jungkook, haciendo que el nombrado girara su cabeza inmediatamente hacia él—. ¡Estas manchado con la leche! —con rapidez, el azabache tomó una servilleta y la pasó con cuidado sobre la mejilla y las comisuras de los labios rojizos de su menor, depositando un besito al no encontrar más leche ensuciando el lindo rostro de su pareja de juego.

—M-Muchas gracias, Kookie —el más bajo le dio una sonrisa tímida, para después obsequiarle un tierno beso en los labios. La madre conmovida por tanta ternura frente a ella, reaccionó.

—Bueno, bueno, les leeré un cuento —los menores entusiasmados, celebraron alzando sus bracitos—. Pero, primero iran a la habitación para lavarse, ¿de acuerdo? Después buscarán el libro que deseen.

Ambos niños asintieron emocionados, y sin querer perder más tiempo, subieron las escaleras a prisa tomados de la mano —pues no querían dejar caer al otro y tener que pasar un terrible susto—; simplemente querían mantenerse juntos todo el tiempo. Porque no estaban en una competencia, estaban para ayudarse mutuamente, ¿no es eso lo que se hace en el matrimonio?

Al llegar al cuarto del azabache, los pequeños rápidamente fueron a cepillarse los dientes como se les fue ordenado. Luego, comenzaron a buscar un libro para que Nayeon se los leyera, en lo que esta terminaba de limpiar la mesa.

—¿Este te parece, Jiminie? —preguntó Jungkook, mostrándole la portada del libro de Ratón de campo y Ratón de ciudad.

—No, Kookie, ese ya lo hemos leído antes —el castaño buscó otro libro, encontrándose con uno de sus favoritos—. ¡Mira! ¡Ricitos de oro y los tres osos! —se lo mostró.

—¡Sí! Que mi mami nos lea este —decidió, subiéndose a la cama junto con el castaño.

Al momento de meterse bajo las sábanas, llegó la pelinegra sentándose en la esquina de la colorida cama.

lo que hacen mamá y papá 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora