𝑊ℎ𝑎𝑡 𝐼𝑓...?

Capitulo 4 (Final)

—Ryu, no corras o te caerás —reprendió Mikasa a su hermano en lo que este se dirigía a la cabaña a gran velocidad.

En el camino a su hogar sentía un aura extraña y al mismo tiempo, le parecía raro el no haberse encontrado con algún vecino.

Enarcó una ceja al notar a su hermano rígido frente a la puerta con la menor intención de ingresar.

— ¿Qué sucede? —se acercó rápidamente a él con cuidado de no dejar caer la canasta llena de manzanas.

Al llegar a su lado sus ojos se ensancharon en gran magnitud.

—Ryu —colocó su mano sobre el hombro de su hermano. Este se encontraba temblando—. Cúbrete los ojos, por favor.

Vio que su hermano seguía en shock y quiso repetir lo anteriormente dicho, pero se contuvo al escuchar unos pasos provenientes de la cocina. Observó el uniforme que portaban aquellas personas, eran soldados de Marley.

—Bienvenidos a casa —dijo burlesco uno de los tres sujetos mientras dejaba un gran saco en el piso.

Otro optó por acercarse al lugar donde se encontraban.

—Que bonita —el extraño hombre intentó acariciar su rostro, pero se apartó rápidamente—. Tal vez no te haga nada si vienes conmigo.

Mikasa llena de ira por lo ocurrido, le propinó fuerte una patada en la entrepierna. Dejó la canasta y agarró fuertemente la mano de su hermano para emprender huida hacia el bosque.

Ambos corrían y corrían pero aun así sentían los pasos muy cerca. En una ocasión, Mikasa sacó una navaja que llevaba dentro de su bota y la lanzó provocando que se enterrase en el abdomen de uno de los perseguidores, lo que les hizo ganar ventaja.

Para su mala suerte tropezaron con una roca y rodaron por la tierra hasta chocar con el tronco de un árbol. Se encontraban cansados, agitados y tristes.

Mikasa no tenía fuerzas para levantarse, lo único que hizo fue rodear fuertemente con sus brazos a su hermano menor junto a un suave "Tu hermana está aquí, no llores" al mismo tiempo que escuchaba los pasos acercarse.

"Levi, por favor ven a ayudanos" —fue lo último que pensó.

***

1 año después

Toc toc

—Adelante.

—Mi queridísimo comandante en jefe.

—Farlan, ¿no deberías estar trabajando? —reprendió cansino Levi. El rubio sonrió.

— ¿Qué no puedo hacer un agujero en mi agenda para visitar a mi querido hermano? —Dijo en tono burlesco acercándole una taza de té— ¿cómo te ha estado yendo?

—Como siempre —suspiró en lo que aceptaba la taza y se levantaba del escritorio para dirigirse a la ventana—. A pesar de que ha pasado un año desde el golpe de estado y del fin de la guerra, aún hay mucho por hacer.

—Si —concordó su amigo, posicionándose junto a él—. Quien diría que tú apellido nos salvaría el pellejo.

A-cker-man.

Él no sabía su apellido, nunca le importó ese hecho, al final de cuentas no tenía padres.

Se dio cuenta de su importancia en una lucha contra la monarquía, en el que un soldado, quien traicionó a la realeza, vio su tatuaje y le contó la historia de aquel casi inexistente linaje.