Cerró el cuaderno con fuerza, con una pequeña vena invisible creciendo en su frente. Se levantó y caminó a la otra habitación, descubriendo a un agonizante BeomGyu.
Iba a negarse, cuando este prácticamente se aferró a su brazo, rogando por piedad.
Terminó cediendo, dándole la medicina mientras cuidaba de él y le cambiaba la toalla en su frente, esperando que le bajara la temperatura.
- Algún día vas a morir por tu terquedad, y espero no estar ahí, para que aprendas - sermoneó TaeHyung, levemente molesto.
- Eso no va a pasar - murmuró el contrario, sonriendo - porque siempre voy a estar con Tae, ¿verdad?
Sus mejillas se sonrojaron, provocando que su mente se bloqueara ante la imagen de su compañero, con sus ojos entrecereados y su mano tersa, estirandola para acariciar su mejilla.
Su corazón se desbocó en latidos sin sentido.
- Me lo prometiste, Tae - insistió, jalándolo para que se recostara sobre su pecho - y debes cumplirlo.
El nombrado solo asintió, escondiendo su rojo rostro, intentando ocultar su desastre también
Odiaba que BeomGyu se enfermara; pero en secreto, también lo amaba, porque le daba esos momentos de...ilusión perfecta.
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