Capitulo 1

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La taza con café que tenía en sus manos no paraba de temblar, respiro ondo y le dio un sorbo, pero al intentar mantener firmes sus manos hizo que temblará más y derramará un poco de café en su pecho

Se aguanto las ganas de llorar, aunque comenzar así el día era pésimo, iba a cumplir 17 y se sentía agobiada por el peso de las deudas que su madre le dejo antes de morir, en ese momento el recuerdo de algo que le dijo una vecina le vino como balde de agua fría

"Ella siempre fue una perra que jamás se preocupa por sus hijos, es más, la escuché decir que te iba a vender cuando fueses mayor de edad para ganar algo de dinero para seguir bebiendo"

Esas fueron sus palabras, aunque en este punto de su vida donde tenía que trabajar 4 turnos, dormir 4 horas con suerte y su comida era los restos de la carne que nadie quería comprar y arroz y fideos instantáneos... Esa idea de venderse ya no parecía tan mala... Incluso su café era de los restos que los sobres que encontraba en las mesas de algunas cafeterías, encima eran de mala calidad pero al menos la mantenían despierta.

Se preguntaba si algun día podría probar un café bueno, en ese momento su mente se separó de la realidad y se vio a su misma tomando una taza de café y disfrutandola

El sonido del claxon de un auto cercano la hizo despertar y darse cuenta que iba tarde a su trabajo

Se vistió como pudo, se acomodó su cabello corto y al ponerse los lentes se sintió como una completa nerd

Su apariencia descuidada la hacía parecer así, trato de arreglarse una vez pero no sentía que fuese lo suyo

Agarró su maleta con sus ropas de cambio, algunos papeles y se aseguró que nada le faltará, salió de su apartamento y solo camino unos pasos cuando se encontró con la dueña

- Señora Martha! -se acerco a ella rapido

- Isabella, ya te vas? -la señora estaba casi entrada en sus años y tuvo que sentarse en una silla cercana

- Si señora, por cierto, tenga -Isabella le entrego un sobre- es el pago de este mes

- A pesar de las deudas que tienes, te las arreglas para pagar siempre puntial, ojalá todos aquí fuesen igual a ti

- No se preocupe por mi señora, ahora si me disculpa, la veo en la noche

Salió corriendo mientras escuchaba por detrás como la señora la despedía, corrió por el sucio barrio tan rápido como pudo, cuando salió de ahí estaba en la zona más poblada y con más edificios del lugar, se sentía atrapada en ese lugar, los edificios eran de varios pisos y de ahí entraban hombres con trajes limpios y mujeres bien vestidas

Camino rápido entre esas personas, se sentiría incomoda en otros casos de pasar entre esa gente, pero cuando veía a otros como ella corriendo a su trabajo ya no se sentía tan raro

Esquivaba fácilmente a todo quien se cruzaba, nada podía detenerla, excepto alguien que también corría y no la vio

Ambos chocaron con fuerza y ella salió dispara hacia atrás y cayó al suelo, de repente la nariz y la cabeza le dolía, como si hubiera chocado con un muro, sus lentes se habían hundido con el golpe y le hicieron doler, cuando levanto la vista el hombre ni se había invitado, como si ella no hubiera chocado con el

Se acercó a ella y le extendió el brazo

- Estás bien?

Su voz era tan gruesa que ella se sorprendió, pero no podía dejarlo así cuando le estaba ofreciendo ayuda, así que tomo su mano y este la ayudó a levantarse

Cuando lo vio mejor se dio cuenta que era uno de esos tipos con mucho dinero, la ropa era demasiado cara, la había visto en algunas vitrinas

Un hombre vestido de negro la agarró del hombro y la apartó al instante de el

-Que estabas haciendo?! -fueron las palabras que salieron de el mientras movía su mano hacia abajo, ella al bajar la vista vio como tomaba su arma

- L-lo siento! -empezo a disculparse- de verdad no me fije! Y-yo solo...!

- Detente, la estás asustando

Ambos volteamos a ver al hombre que nos pedía calma, el tipo me soltó del hombro y yo retrocedí asustada, el hombre agarró sus cosas y se las dio

- Se te cayeron -su rostro no expresaba alguna emoción, de alguna forma eso la intimidaba...

- Gracias... -dijo a la vez que tomaba las cosas

De repente el pensamiento que ella llegaba tarde la golpeó, si llegaba tarde tal vez la sacarían del trabajo

- Llegó tarde! -solto y acomodando lo que llevaba miro al hombre- gracias y lo siento!

Salió corriendo antes de que dijiera alguna palabra, corrió y corrió y no fue cuando estuvo a unos metros de la tienda donde trabajaba donde empezó a pensar...

El toque de su mano con el de él... Se sintió tan cálido de alguna forma, a pesar que sus manos estaban frias, como si la hiciera sentir segura

Entonces se dio cuenta de algo y sacudió la cabeza para quitarse el pensamiento, jamás podría estar con alguien como el, ella era alguien pobre y el alguien con poder y dinero, e incluso si la diferencia económica no fuese un problema, ese tipo era al menos de 30 años... Incluso si parecía un galán, definitivamente no quería meterse en un lío por estar con alguien mayor que ella

Y de repente tengo un Sugar DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora