Día a día recuperaba fuerzas tras el accidente y Alexandra venía de vez en cuando para ocuparse de mí. Mi querida Duquesa, empeoraba me daba pena verla en aquel estado; deprimía, estaba muy delgada ya no sonreía...y todo eso a causa de su maestro que no se ocupaba bien de ella y además la maltrataba.Todo el mundo odiaba al maestro de Duquesa, no tenía corazón.
Un día vino el veterinario a examinar mis patas.Alexandra se acercó muy contenta y me anunció que podía volver a trabajar dentro de una semana. Pero el problema y seguiría siendo mi problema, es Duquesa; cada día su estado empeoraba poco a poco. La yegua de mis sueños se convirtió en un esqueleto y el poco de grasa que le queda.
Mientras que yo esperaba impacientemente el momento para poder travajar de nuevo,Alexandra me soltaba en el prado para que me desentumecen las piernas.
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La vida de un caballo
RomanceMe llamo trueno un caballo un poquitín pequeño, mi vida merece ser contada y aquí la tenèis entre vuestras manos