Guardó su libreta en su mochila y se bajó del autobus, despidiendose de Kai y SooBin, sus únicos amigos.
Caminó hacia su edificio, silbando una canción inventada; parecía que iba a llover así que apresuró sus pasos. Además, tenía que llegar a hacer la comida y llamar a su despistado compañero, preguntándose donde estaba.
Subió por las escaleras hasta el tercer piso, metiendo la llave en la cerradura, descubriendo que esta estaba abierta. Curioso, se adentró, buscando con la mirada a su alrededor a su compañero.
Y no le fue nada agradable encontrar una cabellera azul en el mesón de la cocina, con esa sonrisa estúpida que siempre cargaba y esos ojos "bonitos" que todas las chicas adoraban.
- Oh, Tae - dijo BeomGyu, sonriendo también - llegaste.
Levantó las comisuras de sus labios, formando una sonrisa chueca. No le agradaba ese sujeto. No y no.
- YenJun - saludó, serio - no sabía que vendrías.
- Tenemos un trabajo de pareja que hacer - dijo, resaltando la palabra "pareja" - traje el almuerzo.
- ¿Quieres comer, Tae? - preguntó el menor, radiante como siempre - es lasaña.
- Lo siento, Beommie - objetó, apretando los dientes - ya comí con SooBin y Kai. Tengo que regresar a la biblioteca, dejaré mis cosas y me iré.
- Pero-
- Me voy - insistió, safandose del agarre contrario y corriendo hacia su habitación.
- Tae no es así - afirmó BeomGyu.
- Debe estar en sus días - se burló YenJun, bebiendo de su vaso con jugo.
- No seas idiota - soltó, frunciendo el ceño - no sé que le pasa, tal vez haya tenido un mal día.
- O está celoso - añadió, golpeando levemente su brazo.
- ¿Celoso? ¿De qué hablas? - cuestionó, enarcando una ceja.
- Sabes de qué hablo, Gyu - dejó el vaso - arregla el desastre, o te regañará. Iré a sacar mis cosas para hacer el trabajo.
Y ahí es donde BeomGyu se quedó quieto, buscando la respuesta.
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