Uno

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Era una escena horrible, sangre esparcida por todo el suelo, cadáveres, y muchos lastimados, por mas que se quisiese hacer algo para ayudar no se debía, tenían que seguir corriendo para recuperarse y al próximo combate ganar.

—como es posible que no presentimos la traición!—.exclama molesto el noble mientras patea una pared con todas sus fuerzas.

—todo esta bien...—.habla la albina con pasividad.

—Seira!—.exaltado la mira con irritación.—como puedes decir eso?!—

—hay que recuperarlo...—.habla el hombre lobo mientras aprieta su cintura ya que tenía una herida que poco a poco se regeneraba.

—habrá que decírselo a Frankenstein...no queda de otra—.desvía la mirada el pelimorado.

—seguramente se nos armara otra guerra con el...—.abre la puerta de un carro abandonado.—andando chicos—.habla Tao.

Resignados los chicos se dirigen a la mansión del rubio, al llegar entraron con suma preocupación.

—sean todos muy bienvenidos...¿quieren comer algo?—.sonríe gentilmente y habla de manera cordial.

—em este...—

—eeeeee....—

—Frankenstein...—

—como empezar...—

—no...—

—bien si ustedes no quieren entonces que mi maestro me diga, ¿que gusta maestro?—.abre sus ojos con una sonrisa pero no lo encontró y observo a todos golpeados.—¿que les paso? ¿Y mi maestro?—

—lo perdimos...—.hablan al unisono todos con la cabeza agachada.

—disculpen!—.exaltado les da una patada a los cinco logrando estrellarles contra la pared, todos comenzaron a quejarse del dolor.—como es esto posible! ¿Quien tiene a mi maestro?!—.un tic nervioso comenzó en su ojo izquierdo.

Mientras el rubio interrogaba a los chicos otros tres chicos entraron a la sala con suma emoción.

—hola director!—.habló Shinwoo.

—trajimos monopolio—.entra Manabu.

—si juguemos... Es un juego mucho más lindo y cómodo que la vez anterior...—.dice Yuna.

—no puede ser...—.susurra el rubio molesto.

—ey Rai te parece si hacemos una pijamada juntos?—.sonríe.—Rai?—.observa a los chicos.—que les paso?!—

—perdimos a Raizel—.habla M-21.

—como!—.mira al pelinegro de mechón blanco.—que paso hermano?—

—Manabu...—.agacha la mirada.—lo que M dijo...nos atacaron y no pudimos hacer nada al respecto...—.se acerca y lo abraza.

—Tao...—.sonríe y corresponde.—no te culpo, fue un accidente, todo estará bien...—

—le ayudo con su herida se muy grave—.habla la castaña mientras lo lleva a un sofá y ambos se sientan.

—no se preocupe todo esta bien...—.le sonríe a la chica y acaricia su herida.—todo esta bien, gracias...—.sonríe el peliplata.

—te ayudo en algo?—.hablo el pelinaranja acercándose al pelimorado.

—claro, solo quedate a mi lado, realmente siento que todo gira—.ríe leve.

—...—.se encontraba de pie con firmeza la albina pero en silencio.

—Seira...—.traga saliva, su cara se puso a mil como un tomate y sin titubear mas se refugio en el regazo de la ya antes nombrada, esta le sonrió con ternura y lo refugio mas a ella mientras con suavidad susurraba el nombre de este.

Lágrimas recorrían por su mejillas, ver la ayuda mutua que todos se estaban dando, ver las parejas que allí estaban le hacían recordar cada vez mas a su maestro, a su amo ¿donde está mi maestro? Era lo único que se preguntaba y ahora lo único que le importaba de este día en adelante, tenía que encontrarlo, no pararía ningún segundo hasta tener a su amo con el, no le importaba si eran bastante fuerte los enemigos con quien se enfrentase, iba a recuperar a su maestro sin importar los obstáculos, iban a volver a estar juntos, eso era lo que tenía en claro.

La Nobleza ObligaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora