Dos

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La noche cada vez se hacia mas oscura, ya había derrotado a sus enemigos, se encontraba un poco agotado, pero lo peor no era el cansancio sino el hecho de estar perdido.

Siguió caminando, su vinculo con el rubio raramente no se encontraba disponible, seguía caminando hasta llegar a un hotel, por lo poco que le había explicado el blondo que era se atrevió a entrar.

Habían muchas personas refugiándose ya que dentro de unas horas caería una gran tormenta, al estar apunto de entrar observo una puerta muy desconocida para el, con valentía cerro sus ojos y la cruzo, al abrir sus ojos se encontró fuera del hotel, se sorprendió y decidió pensar.

El mecanismo de la puerta era giratoria esta tenia varias puertas las cuales giraban en circulo y al estar dentro del lugar tenia que alejarse de la puerta, cosa que no sabía, algo muy desconocido para el Noblessse.

Lo intento dos veces mas pero el resultado fue el mismo, no comprendía, ¿seria posible que los humanos tuviesen un dombo ante seres poderosos? Se puso a pensar, ¿como era posible que los humano hubieran obtenido ese campo de fuerza el cual le impedía entrar?.

Varias lágrimas del cielo cayeron en su piel aterciopelada, elevó su mirada y las nubes se encontraban grises, bajo la mirada he intento nuevamente entrar por esa puerta desconocida pero no lo logro.

Su mirada era de sorpresa, no su mirada era sería, o tal vez molesta, por última vez lo intento pero esta fue peor, al estar girando por esa puerta otros hombres entraron y lograron que el Noblessse comenzase a dar vueltas y vueltas, en una de ellas su pendiente se quedo clavado y al dar la otra vuelta se desprendió de el.

La hermosa criatura nuevamente se vio fuera del lugar, tocó el lóbulo de su oreja con delicadeza, al ver su mano había un poco de sangre, y su pendiente no se encontraba con el, su mirada se dirigió a esa puerta horrible según el, se acerco pero no encontraba su pendiente.

Volvió a intentarlo pero el resultado era el mismo, no lograba entrar y tampoco encontraba su pendiente, al estar nuevamente al frente de la puerta decidió pensar.

La lluvia no tardo en aproximarse, cayendo en la delicada piel del azabache, las nubes se apartaron dejando observar a la luna el brillo que emanaba esta como un imán alumbro el rostro de la hermosa criatura de mirada carmesí.

Se dirigió a un parque y se refugio debajo de un árbol, la tormenta comenzó a aumentar de nivel, con ello aparecieron relámpagos y truenos, el azabache solo se dedicaba a observar el acto de la naturaleza en silencio.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2020 ⏰

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