Blind.

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Prologo.

Todo lo que Florence Waters quería era una vida normal. La vida que cualquier chica querría, pero, ¿qué queremos las mujeres? ¿Una casa propia, una relación permanente, hijos, más tarde nietos, una buena vida económica y morir después de ver a sus hijos triunfar, retirarse de esta vida sonriendo?

Pero no todas las vidas son iguales. No todos los deseos son iguales.

Era febrero de 1997 cuando la madre de Florence pujaba con fuerza para dar a luz a su primer y última hija. Desesperada la mujer  sostenía con fuerza la idea de dar a luz a través de un parto normal. El doctor Wilde, quien esperaba recibir a Florence al mundo sana y salva asustó a la madre diciéndole que era ella o su hija, es decir, el cuerpo de la madre de Florence estaba cansado y atrofiado de recibir tantos golpes de parte de su marido. Oscar era un hombre temible, obtenía lo que quería cuando lo quería. Sexo, alcohol, drogas, mujeres y hasta golpes a su propia mujer después de beber una copa.  El doctor Wilde no sospechaba nada de esto. Cada vez que la madre de Florence Waters se presentaba en el hospital era porque “se había caído y golpeado fuertemente”.

El doctor Wilde más nervioso que la misma madre que estaba por dar a luz avisó que su cuerpo no iba a dar abasto. Si la bebé nacía lo más probable era que la madre de Florence sufra un paro cardiaco. Esta mujer, asmática y golpeada por la vida hizo a todo oído sordo.  Minutos más tarde el llanto de Florence Waters se escuchaba por toda la sala. Una enfermera preocupada y desubicada preguntó por el padre de Florence. La mujer no contestó, fue ahí cuando pensaron que todo estaba a salvo, esta tenía una mirada llena de vida.  Ella pidió ver a su bebé y cuando la tuvo en brazos su cuerpo comenzó a temblar. La enfermera tomó a la bebé mientras que el doctor Wilde intentaba traer a la vida a la madre.

La velaron es misma noche. Nadie asistió a su funeral.

Esa misma noche Oscar Wilde, el padre de Florence le dio una mamadera con leche de otras madres que había donando en el hospital después de beber casi una botella entera. Él no derramo ni una lágrima por su difunta mujer.

Años más tarde Florence se convirtió en una adolescente hermosa. Tenía pretendientes por toda la cuidad.  Aunque el padre alcohólico y drogadicto la descuidaba ella se lucía por su inocencia. 

Sin estudios primarios ni terciarios ella era inteligente y estaba llena de sueños.

Ashton Irwin era un chico de dieciséis  años que vivía al lado de su casa. Él tenía una familia completa y una banda.  Su madre era muy buena y su padre también lo era. Sus amigos Luke, Michael y Calum iban a tocar sus instrumentos todas las tardes, componían cosas nuevas. Florence a veces se sentaba en su habitación del segundo piso, que tenía una ventana que daba a la pieza de Ashton y a la vez al garaje, donde la banda de estos chicos practicaba. Florence disfrutaba de su música, decía que era cautivadora con sólo catorce años de edad.

Ashton asistía a clases diariamente. Él volvía por la noche y se sentaba en la ventana de su habitación simplemente a mirar el cielo nocturno. Una noche sintió que alguien lo observaba, fue ahí cuando noto el inocente rostro de Florence desde su ventana. Se sintió aliviado.

La noche siguiente volvió a sentarse en el mismo lugar a la misma hora y ella estaba ahí. La miro durante unos segundos y le sonrió cautivadoramente. Florence escuchó al padre llamarla por su nombre para que baje y se fue de la ventana. Él pensó en por qué nunca la había visto. Su madre lo llamó y él bajo a cenar.

Florence Waters creía que Ashton Irwin era una de las cosas más hermosas después de la misma música que ella escuchaba por las tardes ansiosa. Pero una chiquilla de su edad no podía pensar esas cosas y su padre se lo había dejado muy bien en claro a golpes. 

Blind »a.i & l.h« Flora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora