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Madrigal

1919

Yo te miré a los ojos
cuando era niño y bueno.
Tus manos me rozaron
y me diste un beso.

(Los relojes llevan la misma cadencia,
y las noches tienen las mismas estrellas.)

Y se abrió mi corazón
como una flor bajo el cielo,
los pétalos de lujuria
y los estambres de sueño.

(Los relojes llevan la misma cadencia,
y las noches tienen las mismas estrellas.)

En mi cuarto sollozaba
como el príncipe del cuento
por Estrellita de oro
que se fue de los torneos.

(Los relojes llevan la misma cadencia,
y las noches tienen las mismas estrellas.)

Yo me alejé de tu lado
queriéndote sin saberlo.
No sé cómo son tus ojos,
tus manos ni tus cabellos.
Sólo me queda en la frente
la mariposa del beso.

(Los relojes llevan la misma cadencia,
y las noches tienen las mismas estrellas.)

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