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Me diagnosticaron un cuadro de ansiedad, vaya noticia. La verdad si la esperaba, sabía que la poseía desde que me sentí abandonada. No me mal entiendan, no lo estoy, tengo dos amigos que darían todo por mi, pero extraño la compañía de uno en específico.

La de él.

El único que me daba soporte para no colgarme de la cuerda que me liberaría de este absurdo y cruel mundo. He intentado encontrarlo en otras personas, es solo que es imposible. Algunas vez me dijo que yo le daba ese toque de realidad que lo mantenía a flote, bueno, algo nos mantenía conectados.

Una lágrima traicionera baja por mi mejilla mientras contemplo el silencio del sufrimiento. Lo extraño.

Y si, quiero que vuelva, no como mi novio, pero si como un amigo, aquel que me fascinó desde el primer día que lo vi. Me había propuesto descubrir su realidad, debajo de aquella máscara para ayudarlo.
Y lo hice. Lo logré. Lo vi como realmente era, un ser magnífico.

El intentó lo mismo conmigo y lo logró. Me vio a mi verdadera cara, solo que cometió un pequeño error. Me abandonó llevándose consigo mi máscara.
Aquella que yo había tardado años construyendo para que fuese perfecta.

En su abandono, traté de crear otra mejor, que superara a la antigua para que me ayudara a salir a la sociedad, y casi lo logré. Solo que ésta tiene grietas.

Vuelve, te necesito. Te necesito tanto como el aire para respirar. Te necesito para que me sostengas, para que seques mis lagrimas, para que me ayudes, para volver a ser la misma de mi máscara.

Esto es jodidamente absurdo. Se que nunca volverás, se que ni si quiera leerás este maldito texto donde me estoy quedando seca de tanto llorar.

Todo está mal en mi vida, todo. Mi mejor amigo me ignora por complacer a su novia, mi mejor amiga está concentrada en su novio, mi prima que adoro con mi corazón tiene su amor en alguien más.

Nada está bien en mi vida, ni en mi alma ni mucho menos en mi mente. Y no se a quien acudir, voy a terapia psicológica pero no he podido dar mi verdadero rostro, y la verdad ya estoy cansada. Estoy muy cansada de mi mundo, desearía cerrar los ojos y no volver a despertar, desearía poder descansar, desearía poder ser libre.

Y se que me merezco este dolor, este sufrimiento, esta agonía por el daño que te cause, generándote inseguridades y humillaciones. Pero no lo quiero, ya no, ya no lo soporto.

No vivo en el pasado, al menos no en esa parte del pasado. Ya lo he superado y no te tengo odio ni rencor, te he perdonado y me he perdonado a mi misma. Es solo que me llenaste el alma y te marchaste dejándome un pequeño orificio que me fue secando de poco a poco.

No sé porqué sigo escribiendo, como si fueras a leerlo. Se que no lo harás. Me queda el consuelo de que al menos aún sigues mi cuenta y que sigues actualizando tu historia de superhéroes, la cual es magnífica. Vive en mi la esperanza, vive un 1% de esperanza a que vuelvas. Pero no lo harás.

Ya me enteré que hay alguien en tu vida, alguien que acaricia tu alma, que roba tus suspiros y tus noches, alguien que te da lo mismo que yo te daba, hasta más. Ya se que me encontraste en otros ojos. O mejor dicho, que encontraste a quien realmente quieres a tu lado.

Me resigno a seguir vagando por la oscuridad hasta encontrar alguien que me de la Luz que necesito para encender mi vela.

— Escrito de la autora. (Diciembre 2018)

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