Y ahí estaba yo viendo pasar a la gente, era un día soleado, podía verse atraves de aquella pequeña rendija, los rayos del sol atravesaban los pequeños espacios, solo podía escuchar las voces de quienes pasaban niños haciendo berrinches llamando a sus padres o jugando, personas apresuradas porque llegarían tarde jóvenes felices al poder estar juntos, ellos tan felices, y yo, anhelando libertad.
Atado con una cuerda, yo solo quería ser como ellos, pero ellos querían verme muerto, o eso decían, ya había intentado escapar en varias ocasiones, había roto la dichosa cuerda tantas veces que decidieron que llevaría cadenas, no podía seguir con esto y había ideado un nuevo plan y ese mismo día lo llevaría acabó...
