VI

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Durante el camino, nos detuvimos muchas veces para descansar.

Aún me acuerdo de esa primera vez, cuando sus manos y los míos se juntaron, no lo podía creer. No había hecho eso con ningún humano.

Y cuando pasó por segunda vez, se sintió mejor que la primera.

Y cuando pasó por tercera vez, se sintió mejor que la segunda.

Pero, aguarden. ¿ Y si sí es un humano disfrazado?


Los ángeles también sangranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora