Reencarné en Sakura Haruno (Naruto Y Tu)

𝐗𝐈𝐕

Sakura lo vio antes de que él pudiera verla a ella. Estaba ahí, parado entre la multitud, con su cabello rubio desordenado y esa sonrisa tan familiar, pero tan distante al mismo tiempo. Por un momento, creyó que sus ojos la estaban engañando.

Naruto.

Se quedó quieta, observando desde lejos, incapaz de moverse. Habían pasado dos años. Dos años sin una sola palabra, sin una sola carta.

El nudo en su garganta la sofocaba. Finalmente, él la vio. Naruto caminó hacia ella, su sonrisa llena de esa energía despreocupada que siempre tenía, pero cuando se dio cuenta de la expresión de Sakura, la sonrisa se apagó un poco. Sin embargo, se acercó, como si no pudiera evitarlo.

—Sakura... —dijo él, deteniéndose frente a ella, su voz suave.

Sakura lo miró fijamente, sin saber qué decir. Sentía que algo dentro de ella se rompía, pero su voz salió fría, controlada.

—¿Por qué no me escribiste? —preguntó, su tono más distante de lo que ella misma esperaba. —Dejaste de responder. ¿Por qué?

Naruto dio un paso atrás, algo avergonzado, y bajó la mirada por un instante. No era fácil para él explicarlo, pero lo haría, porque ella lo merecía.

—Sakura... —empezó, su voz más seria de lo habitual. —No podía. Durante el tiempo que estuve entrenando, estuve en un lugar donde no podía recibir cartas, ni enviarlas. No me llegaba nada, y las cartas que te mandé... no llegaron. No podía hacer nada.

Sakura lo miró fijamente, buscando algo en sus ojos que le diera una respuesta que pudiera entender. Pero no había nada.

—¿Entonces... no intentaste buscar otra forma? —preguntó, y sus palabras sonaron más duras de lo que pretendía.

Naruto bajó la cabeza, sin saber cómo continuar. No había solución fácil para lo que había sucedido, y lo sabía.

—Lo intenté, pero después de un tiempo me di cuenta de que... no podía hacer más. Así que dejé de escribirte... no porque no quisiera, sino porque no podía. Fue difícil, pero fue lo mejor.

Sakura se quedó en silencio, asimilando sus palabras. Un dolor profundo le atravesó el pecho, algo que había estado guardando por tanto tiempo. No podía creer que él estuviera ahí, justo frente a ella.

Finalmente, sin poder soportarlo más, Sakura cerró los ojos y las lágrimas comenzaron a caer. No lo pudo evitar. Todo lo que había estado reprimiendo, todo el dolor y la soledad de esos dos años, salió de golpe. Las lágrimas cayeron, pero esta vez no intentó detenerlas. Estaba cansada de ser fuerte.

Naruto la observó, desconcertado, y dio un paso hacia ella, pero Sakura lo detuvo con un rápido movimiento de la mano. Ella no podía controlarse más.

Sin pensar, corrió hacia él, y lo abrazó con toda la fuerza que tenía, aferrándose a su camisa como si temiera que pudiera desvanecerse en cualquier momento.