Raabta •(WooSan)•

IV

—¡Ya deja de reírte NamJoon! — se quejó el pelirrojo con molestia.

—Lo siento Minky, pero es que... ¡Tu alfa es un niño! — estalló en nuevas carcajadas.

—No es un niño... Tiene 17 años —comentó el omega.

—Tienes razón, es todo un hombre... ¿Y cuando será su primera cita? ¿Irán a la guardería?

—Eres un...

—Vamos Nam, deja de molestar a Mingi —intervino Wooyoung, saliendo del cuarto de baño, totalmente vestido, abrochando los últimos botones de su camisa— el que su alfa destinado sea un feto, no es nuestro asunto— añadió con burla.

—Imbéciles... — susurró el pelirrojo— ¿Por qué no te largas de una buena vez? Tu omega gruñón debe de estar esperando por ti.

—Es increíble que su madre te haya invitado a cenar— comentó el alfa castaño.

—Es una señora muy amable, prometió apoyarme en todo siempre y cuando demuestre que quiero a su hijo.

—Solo lo has visto dos veces ¿En verdad lo quieres? —preguntó NamJoon.

—Le quiero, es mi omega, él también me querrá, es testarudo pero le haré cambiar de opinión— respondió Wooyoung seguro de sí mismo.

Se miró por última vez al espejo, pantalones de vestir negros y una camisa gris debajo de un saco igualmente en color negro, sin corbata. Su rubio cabello peinado hacia atrás.

—Me retiro... —Dijo tomando su billetera y sus llaves de la mesilla de noche para luego encaminarse a la puerta— cierren cuando salgan— dicho aquello, abandonó la habitación.

—¿Como crees que le irá con el chico? —preguntó el alfa castaño.

—¿Te doy mi más sincera opinión? —el contrario asintió— le irá horriblemente mal.

   

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—No.

—¿Qué?

—San, no — repitió Yunho— a mamá le dará un infarto cuando te vea así.

—¿Así como? ¿Qué tiene mi atuendo? — preguntó el mayor fingiendo inocencia.

—¿En serio lo preguntas? ¿No encontraste otra forma de dejar en claro tu postura?

—¿Pero qué dices? Mamá me pidió que me vistiera de acuerdo a la ocasión y eso hice— respondió el omega encogiéndose de hombros.

Yunho solo se limitó a negar con la cabeza, San era un terco de primera y eso no se lo quitaría nadie. Justo en ese momento la puerta fue abierta, dando paso a su madre.

—Chicos, ya deberían baj... —las palabras se quedaron atascadas en la boca de la mayor, con el rostro repentinamente pálido, observó a su hijo omega de pies a cabeza— Choi... San...

—¿Qué ocurre mami? Te ves pálida...

—¿Qué pretendes? Te pedí una cosa... ¡Una sola cosa! ¿Cuando piensas madurar? —le retó con enfado— quítate esa ropa en este instante, ponte algo decente.

—No voy a cambiarme —respondió el omega con sequedad— ¿Qué? ¿Debería vestirme de forma tierna y comportarme con dulzura? ¿Ir a recibirle con una linda sonrisa y un sonrojo plantado en mi rostro, porque es lo que él esperaría de mi como el omega que soy? Lo siento mamá, pero no. Yo no quiero un alfa, jamás lo quise, si Wooyoung quiere cortejarme... Veremos si le quedarán ganas.