Maldad ordinaria.

Prólogo.

T R A N S I C I Ó N.

La humedad y los sonidos chirriantes de las viejas máquinas hacían de ese lugar en demasía perturbador. Un oscuro moho grisáceo se extendía por el techo con grietas que parecían enredaderas, también presentes en las paredes.

—No resultó un completo fracaso —dijo mientras analizaba el cuerpo del chico que yacía en estado de coma y miraba de reojo a su compañero.

Análisis prometedores impulsaron el proyecto y ahora el primer sujeto de prueba completó el proceso. Quién diría que aquel débil chico se convertiría en el perfecto conejillo de indias.

El primer paso fue un transplante de corazón, desde ese momento confirmaron que aquel niño no tendrá reparos al intentar conseguir lo que quiera, pues arrebató el corazón de su propia hermana. Los juegos de ADN escogidos especialmente para el son los de un lobo y un coyote, pero ellos se atrevieron a implantar algo más, mucho más importante, que solo despertará sí el chico sobrevive y logra sobrepasar la mayoría de edad. En este caso es muy posible que lo haga, pero el proceso de transición será extremadamente doloroso y lento. Ese será el verdadero reto a enfrentar.

Él pensará que es un aliado importante para ellos cuando solamente era otra marioneta con un único fin, lograr un propósito mayor. Pero lo desconocía y en su mente solo creía en la fantasía de ser alguien importante, alguien especial.

—La primera quimera —lo nombró uno de los doctores en la habitación.

El chico gradualmente despertó. Pronto recupero la estabilidad y sonrió tetricamente ante su nuevo alias que hizo eco en su mente. Ahora tenía lo que deseó, lo que costó la vida de Tara.

Poder.

Lo primero que notó fue la barrera opaca que cubría un increíble mundo desaparecer, recibió una nueva percepción del mundo como único regalo. Todo lo que alguna vez fue tenue y borroso se volvió nítido, sentía sus sentidos despertar. Su olfato capto varios aromas que para un ser humano normal son imperceptibles, sus oídos escucharon los sonidos más débiles como la gotera en una de las tantas tuberías oxidadas y viejas de la instalación, sentía las vibraciones de las corrientes teluricas y débilmente las frecuencias únicas de otros seres sobrenaturales, en su cuerpo una nueva energía conquistó los comandos y reparo los viejos daños. Ni rastros ni cicatrices, todo fue borrado. El mundo ante sus ojos vislumbraba nuevos colores y aromas que brillaban con un especial vigor. Todo eso que permaneció oculto lentamente permitió ser descubierto.

Podrá ser prácticamente un niño, sin embargo, sus límites son mucho más amplios.

Años más tarde cuando conoció a la manada McCall, cuando los doctores del miedo dejaron de existir, cuando la bestia de Gévaudan fue derrotada y él fue enviado bajo tierra durante meses solo desencadenó el inicio de aquel segundo propósito para el que fue creado, despertó eso dentro suyo que aún permanecía profundamente dormido.

Su regreso solo significó la imposición de un nuevo límite que destruir sí o sí. Porque ¿cómo sabrá que tanto ha sido afectado por la energía del infierno que fue prisionero?

Nunca podrá escapar de su infierno porqué este vino con él, ese infierno ya vive dentro de él como un eterno calvario.