La edad no importa

Capitulo 13

Que onda gentes! Muy buenas, no los quiero molestar con palabrería mía al inicio de la historia, ¡pero porfa! LEAN al final.

Sin mas disfruten del cap.

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Nuevamente nos ubicamos en una ciudad, los arboles han sido reemplazados por inmensos edificios que decoran la noche con luces artificiales, las plantas y el césped verde han sido reemplazados casi en su totalidad por suelos de pavimento, todas las luces en conjunto de la ciudad opacaba la hermosa vista natural del cielo estrellado

Issei miraba desde la ventana del apartamento el cielo el cual brillaba gracias a la radiante luna llena, miraba con un poco de nostalgia la diferencia entre el ambiente al que ya estaba tan acostumbrado y las montañas días atrás había visitado

Luego bajo la mirada mientras otro pensamiento llego a el.

Tiempo.

Casi no tenia tiempo.

Solo faltaban 3 días para enfrentar al rubio oxigenado ese.

Quería estar tranquilo, pensar que iba a ganar, que la victoria estaba asegurada. Quería tener esa idea positiva.

Pero el nunca fue ese tipo de persona, en su mente rebotaba una y otra vez la misma duda.

¿podria ganar?

Sabia que debía hacerlo, Fracasar no solo significaba subirle enormemente el ego a ese rubio idiota, no solo significaba que el esfuerzo que hicieron el y el resto del grupo fueron en vano, no solo significaba que el seria débil.

Fracasar significaba que Rias Gremory, aquella hermosa chica pelirroja, que en secreto de todo el mundo pertenecía a un clan de demonios y que le había dado una oportunidad de vida quedaría atada a un matrimonio forzado, condenándola de por vida a la infelicidad, a ser el juguete de ese depravado, sin escapatoria, condenada de por vida.

Sus puños se apretaron y su mandíbula se tenso.

Había visto como ese infeliz miraba a la pelirroja, prácticamente la desnudaba con la mirada, viéndola como si fuese un mísero pedazo de carne del cual disfrutaría.

Quería matarlo.

Muy pocas veces un pensamiento similar había pasado por su cabeza, en el pasado se había topado con gente despreciable, idiotas que se creían los dueños del mundo, claramente una cosa llevo a la otra y termino en problemas con ellos, sin embargo después de algunos golpes su ira se apaciguaba, después de todo aun si alguna persona lo merecía ¿estaba bien desearle la muerte?  ¿estaba bien juzgarlo? ¿actuar como juez, jurado y verdugo?.

Un amigo le dijo en el pasado.

Primero tenemos que juzgarnos a nosotros mismos antes de juzgar a los demas.
No importa que tanto lo merezca, nosotros no tenemos ningún derecho a castigar a alguien mas.

Algunos lo llamarían tonto, pero el había visto en la sabiduría de aquellas palabras.
Sin embargo aun aunque luchara contra aquel sentimiento no había modo de apagarlo, sentía tanta sed de sangre.

Quería verlo sufrir.

Quería que suplicara.

Quería que sus seres queridos viesen su miseria.

Y entonces, no asesinaría, arrancaría el corazón de su pecho, y luego mostraría su cabeza como trofeo.

El castaño sacudió su cabeza ante aquellos pensamientos homicidas.

En el fondo trataba de alejarlos, pero antes de se diese cuenta esa llama de odio se había encendido otra vez en su corazón.
Trataba de convencerse de que aquellos pensamientos negativos, aquel lado oscuro de el era culpa de su condición como demonio.