Kyoko Kirigiri, un misterio, elegante y guapa. Makoto Naegi, un chico de su clase en el cuál tiene un interés, pero no sabe exactamente qué es lo que siente por él.
También haré otros ships y demás. Aclaro que no soy buena escribiendo y que esto lo...
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La peli-lila se encontraba arreglándose para salir con su amiga llamada Aoi, irían a comprar trajes de baños para su acompañante. No se arregló demasiado, solo se colocó su ropa usual y salió.
En la fuente de la escuela estaba una chica de cabellera castaña esperando, mientras mecía sus piernas de un lado a otro y pensando en donas, para pasar el tiempo más rápido.
- Hey ¿Esperas a alguien? - Un chico que estaba acompañado, se acercó hacia ella.-
- ¿Eh? Si ¿Necesitas ayuda con algo? - Desde luego preguntó con confusión, no los conocía de nada.
- No, ayuda no necesito, te necesito a ti. - Con cierto tono "coqueto" habló, creando una situación tensa e incómoda.
- Umm... ¿Eso es un gran cumplido? Pero preferiría que lo usarás con tu novia o alguien que conozcas, yo no te conozco de nada, así que si me permites tengo que irme, ya está llegando mi compañía. - Ya incómoda trató de zafarse de la situación, aunque sin éxito.
- Dios, no seas tímida, sé que te atraigo un poco, mi amigo y yo vimos como nos mirabas. - Con su tono "coqueto" acompañado de unas sonrisas para nada agradables, le dijo a la chica. Seguramente estaba delirando u algo por el estilo, aquella no lo había visto en su vida. En el despiste de esta, este logró apegarse bastante a ella, incluso alcanzando a agarrar su brazo. - Además... No tengo novia ¿Sabes?
- ¡Au! Lo siento, no sé de qué estás hablando, yo no los miré y tampoco me interesa si tienes o no novia, por favor deja mi brazo, estoy esperando a alguien. - Soltando un quejido de dolor intentaba soltarse de su agarre, y si no podía empeorar el chico comenzaba a llevársela a rastras.-
Y como si fuera un milagro escuchó la voz de su salvadora.
- Asahina, ¿Son amigos tuyos u conocidos? Me parece que la salida era solo entre nosotras... - Una voz conocida se acercó, era su salvación.-
- ¡Ay no! Son unos raritos que se me acercaron y están imaginando cosas de lo vírgenes que son. - Haciendo una mueca de asco puro se soltó mientras el chico se distrajo -
- ¡¿Unos raritos?! Tú nos estabas mirando a nosotros, perra... - Levantando su mano estaba a unos centímetros de la cara de Asahina -
Un golpe se hizo resonar por el lugar, incluso si era grande, definitivamente dolería un poco mucho. ¿Quién esperaría que una chica tan linda pegaría con tanta fuerza?
- A ver... - Sin saber cómo llamarlos exactamente escogió el mejor apodo para aquellos - Raritos, ¿Acaso su madre no les ha dicho que un hombre nunca debe de levantarle la mano a una mujer? ¡Son niños todavía! Váyanse de aquí antes de que llame a seguridad. - Los mencionados "raritos" huyeron del lugar, conocían a dicha chica ahora que la escucharon, Kyoko Kirigiri, la hija del director del prestigiado Kibougamine, su consentida. Era temida por varios, un problema con ella que fuera grave y su padre movería cielo y tierra por ella. Aparte su semblante serio y poco abierto no dejaba ver más allá de esos ojos violetas, era un total misterio popular.
Un misterio hermoso y elegante.
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