Lo que tenemos juntos(T&N)

Nosotros

<•> Tay <•>

El día que descubrí las primeras canas en mi cabello fue uno de los mejores de mi vida, en ese momento entendí porqué Mild me había dicho que viviría como un humano normal, pensé que se refería a mi vida con New, a nuestra vida juntos, pero lo decía por eso.

Muchas personas desearían tener vida eterna, pero cuando ya la has tenido por siglos lo único que quieres es poder envejecer junto a la persona que amas, ese era mi caso al menos.

Aunque habían pasado cinco años desde que conocí a New y el tiempo juntos era perfecto, había algo que no nos dejaba disfrutarlo por completo... mi inmortalidad.

El miedo a ella, el miedo a nunca envejecer, el miedo de ver la vida de New pasar sin que la mía lo haga.
Eso era algo que no nos dejaba vivir completamente felices, pero después de descubrir esas canas supe que ya no debíamos temerle a ello.
Lo único que me quedaba por hacer era buscar el momento perfecto para decírselo, para que aquel miedo del que no le gustaba hablar desaparezca por completo.
Ya que aún puedo recordar la ultima vez que lo hicimos, años atrás, cuando no sabíamos que pasaría conmigo.

—Cenemos fuera hoy —le propuse del otro lado del teléfono—. ¿Qué te parece?

—Mi turno termina tarde hoy Tay —respondió—. Para cuando salgo sabes que solo quiero comer e ir a dormir.

—Pero New...

—Hoy no por favor, fue un día muy largo.

—La noche esta hermosa, sal conmigo por favor.

—Lo siento, pero recuerda que ya no soy un adolescente, necesito descansar.

—Esta bien, lo entiendo —respondí resignado—. Prepararé algo y luego podrás descansar.

—Gracias.

Cuando el llego a casa, se ducho, ceno y solo se fue a acostar.

—¿Día largo? —pregunte saliendo del baño después de darme una ducha.

—Mmm —asintió y siguió leyendo el libro que tenía en sus manos.

—¿Quieres que te ayude a relajarte? —sonreí.

—Estoy cansado —respondió cerrando su libro—. Voy a dormir ya.

—¿Pasa algo que no quieres decirme? —pregunte ahora sentándose a su lado.

—No, solo estoy cansado—repitió—. ¡Te lo dije Tay! —exclamó y se volteó al otro lado—. Ya no soy un adolescente.

—¿Por qué repites eso otra vez? —pregunte—. Tampoco eres un anciano New.

—No, solo déjame descansar hoy —respondió y se cubrió con las sábanas.

—Esta bien, descansa.

—Tu igual.

La razón por la que insistía en salir era que al otro día era nuestro aniversario, pero el no lo había recordado, quizás de verdad estaba muy cansado, realmente no quería pensar demasiado en ello, aunque estaba seguro que algo de verdad le preocupaba, decidí esperar a que el quiera hablarlo, entonces me acosté a su lado y lo abracé.

Cuando desperté a la mañana siguiente el ya no estaba a mi lado, en su lugar solo había una nota.

Lo siento Tay no puedo hacer esto, es demasiado para mi
quisiera poder decirte
que lo soportare,
pero tener que envejecer a tu lado sin que tú lo hagas es algo que no me puedo imaginar
Perdóname.