La señora Park estaba en la sala leyendo una de sus muchas revistas, y a su lado estaba su esposo leyendo un periódico mientras tomaba su café.
Jimin habia ido a visitar a su padres, aprovechó que su pequeño hijo ya estaba durmiendo en la cama de su abuela, para poder platicar con sus padres y pasar el rato.
-Mamá, ¿te puedo hacer una pregunta?-cuestionó.
-Claro hijo-dijo dejando su revista a un lado para poder ponerle atención a su hijo que se veía un poco desorientado.
-La historia de amor entre papá y tú, ¿en que sircunstancias se dió?, quiero decir, ¿cómo se conocieron?-se veía que Park tenía muchas dudas acerca de ese tema.
–Bueno, es una historia algo larga–Jimin asintió y la señora Park solo continuó–conocí a tu padre cuando ibamos en el mismo salón en la secundaria. Un día me invitó a tomar un café, luego de eso charlamos un poco sobre nuestras vidas, y creo que ya nos llevabamos bien. Al día siguiente él me invitó a dar la vuela en bicicleta, lo recuerdo muy bien. Tu padre había chocado contra un árbol, de solo recordar me causa gracia. Después de unas semanas de conocernos, se me declaró en una de nuestras tantas salidas-con una sonrisa en el rostro finalizó su pequeña historia de amor.
–Entiendo, veo que papá y tú, realmente se dieron el tiempo de conocerse–dijo con una mueca algo triste, con la mirada gacha–Mi caso es muy distinto.
–Hijo...tal vez tomaste desiciones presurosas pero ve el lado bueno, por lo menos me diste un nieto muy lindo–dijo con algo de gracia, haciendo que Jimin también soltara una pequeña risa.
Volteó a ver a su pequeño Min ho dormido, era tan bonito; sus labios, sus ojitos, su naricita, su bebé era hermoso, y cómo no, si tenía los genes de sus dos padres.
–Aveces quisiera que las cosas fueran distintas, quisiera que Min ho tenga un padre. Pero, no creo que eso suceda...–soltó un pequeño suspiro.
–Hijo, yo sé que no debo de juzgarte, pero debiste elegir bien. Debiste pensar las cosas, no simplemente actuar por amor. Pero ya no te lamentes por eso, por favor–la señora Park trato de no encarar a su hijo, sabía la situación por la que pasaba, y no quería hacerlo sentir más triste.
–Yo sé que no debí meterme con él, que era prohibido pero él me prometió que dejaría a su esposa por mí, y yo como ingenuo le creí–dijo mientras sentía unas manos pasando por su espalda, al levantar su vista, vio a su madre tratando de consolarlo–Pero no te preocupes mamá, yo estaré bien, lo único que me importa es mi pequeño Min ho–habló con una sonrisa mientras veía a su pequeño dormidito.
–Ya no hablemos de esto Jimin, mejor dime, ¿cuándo piensas conseguir un empleo?–por su tono de voz dedujo que su madre estaba ya algo frustrada con ese tema.
–Bueno, eh estado buscando trabajos, y no encuentro uno que se adapte a mi horario. No tengo quién se encargue de Min ho, creo que solo trabajaré medio tiempo en una cafetería, tal vez con eso logre pagar la renta de mi departamento–explicó.
–Hay Jimin, quisiera cuidar de mi pequeño nieto, pero también tengo cosas que hacer y no puedo–respondió algo triste.
–Lo sé mamá. Tendré que buscar a una niñera lo más pronto posible, pero por ahora trabajaré medio tiempo en una cafetería.
Antes de que la señora Park pueda responder, Min ho había despertado, y ahora estaba llorando sin consuelo. Jimin se acercó a él y lo envolvió en sus brazos, y de inmediato el pequeño dejo de llorar, ahora estaba más calmado. Pero de pronto un olor algo fuerte se fue esparciendo.
–Creo que deberías de cambiarlo Jimin–habló su madre tapándose la nariz, el olor era un poco fuerte.
–Mamá ya me tengo que ir, olvidé la pañalera de Min ho en mi departamento, tengo que cambiarlo ahora, o si no se va a irritar. Nos vemos, cuídate–se despidió de su madre con un beso en la mejilla, mientras sostenía a su bebé en sus brazos, luego salió de la casa de sus padres y tomó un taxi para poder llegar a su departamento y poder cambiar a Min ho.
Luego de cambiarle el pañal a su hijo, lo vistió nuevamente, y ahora estaba más cómodo, tal vez por eso ahora ya estaba durmiendo en su cuna.
Jimin solo obervaba a su hijo dormir, mientras acariciaba su cabello con delicadeza para no despertarlo, se veía muy lindo durmiendo.
Con tanta tranquilidad a Park ya le había entrado un poco de sueño, no hizo nada para permanecer despierto, sólo cerró sus ojos y cayó en un profundo sueño.

SEAMOS 3!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora