Soy un corredor. Lo llevo en la mente.

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Aparecimos en frente de Ophis, al lado estaban Vali y Katerea siendo curados.

-Bueno, ya pasó lo que podría ser interesante.-dije.

-¡¿Qué te pasa?!-me dijo Katerea.

-Nada, solo hago lo que creo correcto.

-¡No juegues conmigo!

-Ah, por cierto. Eres débil.

-¡¿Qué?!

-Bueno, puedo notar que la hermana de Sona es más fuerte que tú, además que no pudiste hacer que el humanoide flanqueara. En fin, si te hace sentir mejor me atrevo a decir que nadie puede contra el.

-¿Eso crees?-dijo Ophis.

-¿Quieres intentarlo?

-Hmm. Tentador, pero no.

-En fin. Me iré a descansar hasta la noche, no me molesten.-dije para subir a una habitación, al llegar me acosté sin más, sin embargo después de unos minutos llegó Kuroka.

-dije para subir a una habitación, al llegar me acosté sin más, sin embargo después de unos minutos llegó Kuroka

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-¡¿Qué coño Kuroka?!

-Vine para dormir contigo.

-¿De verdad vas a dormir así?

-Si, tengo que hacer que te gusten mis pechos.

-No seas mamona. Ni que me fuera a fijar en eso. Quiero decir, como te vistes es imposible no fijarse pero hay cosas mejores en las que fijarse.

-¿Como qué?

-Tu cara, tus ojos, tus labios, tus orejas y colas de gato que te hacen ver más linda. Esto ya es un poco más intimo pero bueno, tu ombligo que me gustaría poder abrazarlo y besarlo, tus piernas que quiero dormir encima de ellas, además que me gustaría verlas una vez por lo menos en unas medias o pantimedias, y creo que eso es todo lo que me interesa físicamente.

-¡Wow! Nunca nadie me había dicho tanto.-dijo con un notable sonrojo.-¿Y qué hay de lo que no es físico?

-Más simple. Quiero ver como eres en verdad, dependiendo de tu comportamiento me enamoraré o no.

-Ya veo.-dijo para acercarse a mi, se recostó en mi hombro. El impulso de querer saber que se siente el calor de alguien más me impulsó y la acosté en mi pecho, esto la sorprendió pero aún así se notaba que le gustó, después de todo ronroneó como un gatito inofensivo lo que me dio más ternura. Admito que me dolía el pecho ya que la presión de su cabeza contra mi pecho me obligaba a escuchar mis pulsaciones, eso me ponía nervioso. Pero hice que esto no pasara y me tranquilicé, cerré los ojos imaginando un montón de cosas hasta que finalmente Kuroka me despertó.

-Despierta Nya.-dijo, pero al ver que seguía recostado me dio un beso, lo cual me alarmó y me levanté casi de inmediato.

-¡Ostia!

-Nya, buena reacción.

-¿Qué pasa? ¿Por qué haces eso?

-No te despertabas así que decidí intentar eso.

Yo y Koneko (Terminada) =DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora