"Vale, Fran, voy a la fiesta. Pero me gustaría que fuese Isabel, ya sabes, es San Valentín tío. Tu ya me dices, ¿okey? Nos vemos a las ocho en tu casa. ¡A esa hora tienes que estar listo! Siempre te retrasas... Luego te veo, un abrazo.”
¡¿Qué?!¡Hoy era noche de chicos! Isabel... ¡ISABEL! Siempre con esa tipa... Si él se imaginase al menos lo que me gustaría estar un día con él... En plan amigos, como antes. Ya ni nos hablamos por los pasillos del instituto. Este Carlos no es el de antes. ¿Dónde quedó lo de “Amigas todas, novia ninguna”?
Francisco no se lo puede creer. Siente que poco a poco va perdiendo a su mejor amigo, o eso era al menos. Lo tiene claro: o él o ella.
Al otro lado de la pantalla, aquella misma tarde de febrero.
“No se si lo leíste bien pero dije que hoy era noche de colegas. Venga tío que hace bastante tiempo que no salimos y hoy es un buen día...¿Qué dices?¿Vienes sin ella?”
Carlos lee el mensaje y bloquea el móvil una vez más. Quizás Francisco tenga razón, debería ir a la fiesta con mis amigos de siempre.
Isabel acaba de terminar de limpiar. Está contenta. Su madre también lo estará cuando vea lo limpia que ha quedado la cocina.
Los enamorados se cruzan sus miradas. En el rostro de Carlos, Isabel percibe molestia. De repente, este le da un abrazo a su novia y lentamente le besa el cuello. Las miradas se vuelven a unir.
-Tengo que contarte algo.-susurra el chico.
Isabel baja la mirada y con una suave entonación responde:
-Sé lo que me vas ha decir. No importa, desde que empezamos a salir ya nunca vais juntos de fiesta, ni habláis. Ya no sois los mismos de antes y todo esto es por culpa mía. Lo siento mucho de verdad. No era mi intención.
Casi no termina la frase. Las lágrimas se apoderan de ella. Carlos se siente mal por todo lo que le está pasando en tan solo unos minutos. A él le gustaría que todos estuviesen bien, pero es casi imposible. El chico la abraza y la besa. Isabel no tiene fuerzas para levantar su cabeza.
-No tienes la culpa.-afirma el chico.-Son ellos que me echan de menos, y es así. Me encanta estar contigo y solo pienso en ti, entonces no me doy cuenta de que también hay más gente en mi vida. Hasta que me llaman y me despiertan de mi sueño, formado por un mundo donde solo habitamos tú y yo.
Carlos la besa lentamente y añade:
-Princesa mía, te amo.
Isabel lo mira. Clava su mirada azul en los ojos de su novio. Ya se ha tranquilizado. Tiene muy claro que nunca se separará de Carlos, aunque no sabe que la vida le puede dar un brinco y cambiarla por completa.
