Promesas

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Disclaimer: La cama es mía. El resto de la Rowling.

«Esta historia participa en el reto "Tropos, tropos everywhere" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black»

Tropo sorteado: Sólo había una cama.

Lo siento, no he encontrado a la persona autora de la imagen de portada, si lo averiguo, editaré con la información.

Trigger Warning: Hay algunas referencias de índole sexual, pero nada demasiado explícito.


«Vuelve al lado correcto, Draco, y podremos esconderte más de lo que hubieras podido imaginar».

Harry pensaba en las palabras de Dumbledore mientras Malfoy desaparecía por la chimenea del despacho bajo la atenta mirada de McGonagall. Kingsley había salido con Tonks y Lupin hacia Malfoy Manor después de que Malfoy hubiese escrito una carta de su puño y letra para su madre. Moody había ido a cerciorarse de que Lucius Malfoy siguiera a salvo en Azkaban.

«Snape había aparecido en la torre justo cuando Malfoy bajaba la varita. Este, asustado al verle, la empuñó con más fuerza, pero Dumbledore le tranquilizó antes de que pudiese hacer nada. Snape escuchó atentamente al director antes de asentir. Tanteando, buscó a Harry en la pared, donde estaba paralizado por el hechizo del director. Cuando le encontró, levantó la Capa de Invisibilidad y empujó a Malfoy contra él.

—No os mováis —les dijo cáusticamente— No hagas tonterías, Draco.

Tapó a ambos de nuevo, cerciorándose de que estaban bien ocultos, antes de volverse hacia Dumbledore».

McGonagall se volvió hacia él después de que el señor Weasley atravesara la chimenea detrás de Malfoy.

—Tenemos que hablar de su propia seguridad, señor Potter.

Harry asintió, consciente de que se habían roto muchas cosas aquella noche. No sabía qué había pasado con sus compañeros, salvo que habían peleado aquella noche. Se preguntó si Hermione y Ron estarían bien.

—Antes de nada, ¿hay algo que pueda decirme sobre su presencia y la del señor Malfoy en la Torre de Astronomía?

—No, profesora. El profesor Dumbledore no quería que nadie supiese que yo estaba allí. —Omitió intencionadamente cualquier referencia a Malfoy.

—Lo imaginaba —McGonagall apretó los labios con evidente desagrado, pero no insistió—. El hecho es que Hogwarts ya no es un lugar seguro. Mortífagos entre estos muros, el profesor Dumbledore asesinado, Severus desaparecido...

Apretó los dientes, con la mirada fija en un punto indeterminado del despacho. Necesitaba pensar en todo lo que había pasado esa noche antes de decidir en quién podía confiar o qué podía contar.

«No había dado lugar a nada más. El ruido de más pasos subiendo las escaleras de la torre hizo que Snape mirase asustado a Dumbledore. Este movió la cabeza con resignación.

—Harry, cumple mi promesa, ¿de acuerdo? Recuerda que prometiste obedecerme. Solo una vez más, por favor.

Petrificado como estaba, no pudo protestar o estar de acuerdo. Los mortífagos habían irrumpido en la terraza de la torre. Los acontecimientos se habían disparado. Tras una breve conversación, de la que apenas recordaba nada, sintiendo la espalda del aterrorizado Malfoy apretarse contra su pecho, su propia respiración agitada y el temblor del otro chico.

—Severus... por favor... »

Snape había ordenado a voces a los mortífagos correr fuera de allí. La mujer había preguntado dónde estaba Malfoy, pero había obedecido la orden tras otra voz de Snape. Malfoy y él vieron cómo salían corriendo torre abajo. Con una última mirada y un asentimiento, Snape siguió a los mortífagos por las escaleras.

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