DIA 5 [Jueves 22/11/18]

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Bueno, todo se está yendo al carajo.

Solo me quedó esperar a que Jueves se marchara para pensar en cómo salir de aquí. Es decir, si, prácticamente todos habían querido asesinarme pero estoy segura que ella es la que más odio me tiene.

A decir verdad estuvimos tan cerca de lograrlo que sinceramente por un momento pensé que podría escapar de aquí.

Salí temerosa, intentaba buscar algo que hacer pero no se me ocurría nada, lo peor era que la idea de toparme a Jueves con esa maldita espada me asustaba.
¿Que mierda estaba pasando? Todo este lío me estaba volviendo loca.

Salí de allí, mis zapatos pisaron un pequeño charco de sangre,supuse que era de Miércoles aunque era una molestia porque ahora mis pisadas se marcaban por el lugar.

—Maldición...—susurre desesperada. Quería limpiarme los zapatos pero no quería abrir el agua y menos hacer ruido. La única opción fue quitármelos.

Camine una vez más por aquella enorme casa pero se veía demasiado limpia, supuse que alguien se había tomado el tiempo de arreglarlo.

No tenía ni idea de qué hacer. Sábado estaba con Viernes cuidando de Miércoles.

Sonaba tan raro cuando lo decía, ósea sabado con Viernes cuidando de Miércoles era algo confuso si utilizaba nombres de días de la semana.

En fin, no tuve más remedio que rondar por ahí. Camine por los pasillos, las puertas de todas las habitaciones permanecían cerradas. A decir verdad eso me causo alivio.

Una idea vino a mi mente y corrí hacia la habitación de Lunes. Pensé en ir al sótano y esconderme ahí todo el día. Aunque de solo recordar a Lunes en el suelo y Brad atravesado por una hacha me hace querer retrocederme.

—Tranquilízate. Tú puedes.—me animé caminando más rápido entre los pasillos.

Una vez pase su habitación abrí la puerta del sótano. Lentamente baje las escaleras con temor a que algo malo pudiera suceder. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al sentir la presencia de alguien.

No podía ver nada. Estaba demasiado oscuro, muy apenas podía bajar las escaleras sin tropezarme.

Me recargue en la pared un poco y sin querer encendí el interrumptor de la Luz.

—Mierda,mierda...—quise apagarlo al instante pero vi algo que me dejo congelada.

El cuerpo de un señor sobre una mesilla, con costuras en el cuerpo y varias aberturas en el. Su rostro mostraba miedo, era obvio que estaba muerto pero era aún más obvio que lo habían torturado.

Sabía quien había sido: Lunes. Aún así la imagen frente a mi era tan perturbadora que me impedía caminar.

Los pasos de alguien más en el lugar se aproximaron, como si fuesen a abrir la puerta.

Apague el interrumptor y corrí a esconderme. Me escondí detrás de las vitrinas donde él tenía a esas mujeres.

Efectivamente alguien abrió la puerta y rápidamente prendió la luz.

Era Domingo.

—No te escondas tanto, de todas formas sé que estás ahí.

Mi piel se puso chinita. Tenía un miedo increíble y realmente me sentí tan vulnerable que pensé que podría ser el fin. Se había acabado todo.

—Te traje comida...—agregó bajando las escaleras lento.—¿Sabes? Haya afuera deben pensar que moriste.No sé si esperen tu regreso.

Hizo un silencio enorme en el lugar. Poco a poco sentí como el ambiente se tensaba horrible.

7 D I A SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora