Trotamundos

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La neblina me asfixia, mis pulmones se marchitan con cada respiración. Mi sangre arde en mi interior, un rocio carmesí tiñe mis oídos y mis dientes muerden mi lengua con desesperación.

El soto esconde mi figura, mientras me pierdo entre los arboles, mi mente grita que huya de la oscuridad, mis pies no obedecen sus clamos.

Danzo al compas del viento, las ramas me cubren del llanto nocturno, un trotamundos me espera en las profundidades de las aguas, un salto basta para acabar con este suplicio.

Infiel ante los cielos por enamorarme de la muerte, intenté con cada fibra de mi ser, amar la luminiscencia de la vida, pero prefiero arrancar mis ojos antes de volver a ver, lo deprimente que puede ser vivir.

Soy cobarde, no me atrevo a saltar al vacío, el llanto de mi madre me mantiene atada a sus brazos, y aunque mi cuerpo se mantiene sobre nubes grises, mi mente se pierde en la densidad del bosque.

Vagos PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora