Grimorio De Los Sueños

Las Flores y El Caballero

Algunos sueños cuesta recordar, y el sentimiento de olvidar algo importante no es del todo agradable.

Montañas verdes... cielo azul, la luz del sol.

Viento, lo suficientemente frío para ser fresco como si perteneciera a un clima primaveral cercano al verano.

Mi patio?... Creo que estoy en mi patio. Veo muchas flores, son altas y grandes y se mueven junto al viento pero pareciera como si tuvieran movimientos propios.

Están riéndose y charlando de lo mejor, puede que este día haya sido un gran día.

Hay otras criaturas que no distingo del todo, no las puedo ver bien. Me pregunto si los conozco, porque pareciera que sí.

¡Hay imágenes que hacen doler mi cabeza! No puedo recordar lo que estaba pasando hace un rato aquí.

¿Y por qué me miran? ¿y quién es él? hay un señor vestido con traje, zapatos negros brillantes, un sombrero y un largo y delgado bastón negro; todo su conjunto es muy elegante y sus ropas junto con el sombrero son de terciopelo burdeo exceptuando la camisa blanca, al parecer de verdad fue hoy un día importante, muy inusual la vestimenta para este lugar supongo.

Y realmente estoy en mi patio... ¿qué?

- o-oigan - lo miré como preguntándole con mi mirada qué era todo esto, que me diera una explicación, o en realidad que me ayudara a recordar. Sentía como el poder del olvido pasaba por mi cabeza arrebatándome cada vez más imágenes.

No me había dado cuenta que me encontraba levitando, subiendo y bajando pequeños centímetros con la fuerza de mi respiración, estaba semi acostada en el aire con mi cara dando de frente a este señor que no podía recordar su nombre.

Y me estaba alejando, entrando a mi pieza por la ventana. La ventana... ¡traspasé mi ventanal con rejas, cómo es eso posible!

Mi cabeza da vueltas, es como una desconexión.

- ¡espera! - extendí mi brazo hacia el caballero raro, pero a cambio me devolvió una sonrisa sincera moviendo su antebrazo izquierdo en señal de despedida, sus labios articularon.

Hasta luego.

Una textura suave, ya tocaba mis sábanas y sentía un peso, el de mi propio cuerpo. Una inhalada de aire rápida y exaltada con ojos bien abiertos.

- que wea, que tipo de país de las maravillas fue eso... me gusta - miré hacia afuera por mi ventanal.

Cielo azul, la luz del sol.

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Me pregunto si volveré algún día, me gustaría perderme un poco más.