La vida, algo tan complejo y tan bello que puede ser el sinónimo de la máxima expresión de arte. ¿a qué me refiero? Hum, basta con ver cada paisaje y cada forma de vida tan diferente y única. cada una con una historia que contar. cada sentimiento y experiencia forma un sube y baja como una melodía compleja, fascinante y nunca antes vista. siendo las emociones y vivencias las autoras de esta magnífica y original pieza. la felicidad, la alegría, los momentos más únicos que quedan marcados en el corazón, son esas notas agudas que derriten de placer al oído. las notas graves, son aquellas vivencias que nos hacen tomar las decisiones fuertes en los momentos más difíciles. las suaves, representan los momentos de paz, armonía y tranquilidad. las semicorcheas son aquellos momentos que actuamos por impulso aumentando la velocidad de las notas al igual que las emociones. mientras voy en el bus, recargado en la pared, observo por las ventas a las personas caminar ocupadas en sus propios asuntos. y me pregunto ¿Cómo será la melodía de sus vidas?, vaya perece que estoy divagando demasiado. ahhh mi propia vida ahora es complicada. diría que ahora me encuentro en un bemol suave. ¿porqué? el bemol es una frecuencia que altera una nota, en este caso suave. Hace dos meses perdí a mi abuelo, la única familia que tenía. Fue un dolor que no quisiera volver a experimentar. Fueron notas sensibles mezcladas con un sonido crudo. Pero ahora estoy un poco mejor, él lo hubiese deseado así. Por eso trato de estar feliz y vivir la vida al máximo intentando hacerlo sentir orgulloso donde quiera que esté. aunque su partida aún me duele. recuerdo con cariño todas esas ocasiones que servía un plato de sopa caliente exclusivamente mí, con un sabor único sazonado con solo la ternura que solo puede dar un abuelo. cuando curaba mis heridas por jugar en los árboles o mis frecuentes caídas. recuerdo aún más el sonido limpio y puro de su guitarra, que con solo un acorde te hacía sentir armonía y seguridad como el sentimiento de estar en el hogar. el, fue la persona a quien le debo mi devoción a la música. cada día tocaba para mi haciendo que se convirtiera en uno de esos recuerdos preciosos inquebrantables que siempre atesorare.
Nosotros vivíamos una vida tranquila, humilde pero honrada en el campo. éramos agricultores. ¿Mis padres? mi abuelo menciono que fallecieron en un accidente de auto cuando yo tan solo era un bebé. Cada día íbamos a orar a sus tumbas. Crecí en una pequeña comunidad un tanto alejada de la civilización, la paz y el aire del campo es algo que realmente extrañare con cariño.
Me eh mudado a la ciudad para continuar mis estudios, pero debido a que las universidades son caras estaba en busca de un trabajo de medio tiempo. Pero con la muerte de mi abuelo no sé si realmente podré solventar todos los gastos. Tengo que lograrlo, se lo prometí.
El rechinido de las llantas inundo mi oído, haciéndome despertar de este trance.Me levante y estire mis brazos de un largo viaje de 4 horas. tome mis maletas, mi guitarra y baje del autobús. un complejo de pequeños apartamentos de un grisáceo opaco inundaba mi vista. las nubes grises culminaban su deber de tapizar el cielo amenazando con una tormenta. suspiré y decidí entrar. subí las escaleras hasta llegar al tercer piso. camine unos metros. 25. el numero de un dorado oxidado enmarcado en una vieja puerta de madera. la manija de igual manera la pintura dorada se desmoronaba a causa del oxido. introduje la llave girando la manija para entrar. tinieblas inundaban el apartamento.
suspiré profundamente y encendí las luces. el mismo gris viejo y opaco de fuera era quien intentaba decorar el sitio. posé mi mano por el pequeño buró que residía en la entrada. de una madera tallada finamente. vienen a mí los recuerdos de mi abuelo enseñándome sus técnicas de carpintería desde pequeño. también cuando me golpee el dedo con un martillo y como él con solo savia de algunas plantas y una pequeña venda curaba mis dolores. recuerdo perfectamente como no hace tanto tiempo tallamos este pequeño mueble con alegría mientras tarareábamos canciones alegres. un nudo en la garganta amenazaba con formarse así que rápidamente coloqué mi calzado en el mueble y caminé al interior. una sala pequeña donde solo había un modesto sofá verde pino al fondo. Al igual, miré al pequeño comedor para dos personas de madera que él y yo habíamos creado con nuestras propias manos, fue nuestro primer trabajo juntos y del cual estábamos orgullosos. violentamente ingrese a la cocina compuesta por un fregadero, una estufa vieja junto con un refrigerador y una alacena pequeña. por más que lo intenté no pude y me recargué en el fregadero con las piernas temblorosas. juro que lo intenté abuelo. traté de sonreír, pero realmente tu ausencia es un vacío tan grande imposible de llenar. la falta de tu calidez corta mi alma con tal dolor que no se si podré continuar. perderte a ti, mi única familia es algo que no me dejara tranquilo el resto de mis días. como si no se pudiese poner peor, la luz comenzaba a bajar lentamente cuando un inmenso rayo ilumino la ciudad causando tal trueno que el complejo vibró. una pequeña descarga eléctrica recorrió mi medula espinal helando mi cuerpo y por mero instinto derrumbándome yaciendo en el suelo temblando. no otra vez, la pesadilla se repite.
—Flashback—
El cielo parecía que se había vuelto en contra de la tierra. era equiparable a una titanomaquía. intimidantes nebulosas de un oscuro tan denso que la luz de los astros era eclipsada en su totalidad con simpleza. los vientos soplaban con tal fuerza equiparable a la de un huracán. la lluvia fría e intensa cegaba mi vista junto con la oscuridad de la noche. la única luz eran los relámpagos en el cielo y de los que impactaban en el bosque donde me encontraba. los truenos hacían estremecer mi pequeño cuerpo tembloroso. solo tenía malditos 3 años. mi llanto no cesaba y mi corazón se aceleraba cada vez más. gritaba y gritaba, pero nadie me oía. cada vez los relámpagos caían más y más cerca. empezaba a correr por instinto de supervivencia. no tenía a donde ir, estaba totalmente perdido. mi ignorancia de infante me llevo a refugiarme bajo el árbol más robusto y alto que había. no fue cuestión de tiempo para que un relámpago impactara cerca del árbol a unos cuantos metros de mí. mi memoria jamás olvidara el destello de ese rayo cerca de mí que casi me quita la vida. el impacto me lanzo metros hacia atrás. solté un grito con toda mi alma rogando a dios que tuviera piedad de mí. para mi mala fortuna el único que escucho mi lamento fue un oso lo veía acercándose corriendo a mi dirección. aún con el cuerpo adormecido mi instinto de supervivencia me impulso a levantarme y tratar de correr. pero cuanto correría un pequeño de tres años? por milagro y desdicha en el momento, cruzando los arbustos detrás del árbol había un pequeño barranco. sin verlo, caí viendo como mi final se acercaba. antes de impactar en el suelo sentía como mi cabeza impactaba con algo. después de eso, total oscuridad. hubo un pequeño parpadeo antes, y allí estaba mi abuelo quien había salido a buscarme. pero ahora, el quien fue mi rayo de sol en la tormenta no está. todo es tinieblas.
desperté la mañana siguiente en el suelo de la cocina. el sudor frio cubría mi cuerpo. pero no tenia de otra, tenía que levantarme y seguir.
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Destinos Entrelazados
Fanfictiongoku, un chico de 18 años que a pesar de soportar los vertiginosos golpes de la vida, decide mudarse del pacifico campo para continuar con su gran sueño. con una sonrisa decide seguir su camino para alcanzar la cima de la música. Aunque nadie dijo q...