Capitulo O2

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“Gabriel Edwards”

Después de pasar todo el día,  por fin llego la última clase. Phoebe y yo estábamos saliendo de la clase de matemáticas, caminando por el pasillo.

-¡Pero te ha estado mirando durante toda la clase! No puedo creer que no lo hayas notado. –Pheobe me aviso, sacudiendo su cabeza. Yo solo me reí de ella.

– Bien, pues no me he dado cuenta. Comparado contigo, yo estaba prestando atención al señor Justé. El profesor Justé era el profesor de matemáticas. Quizás se estaba volviendo viejo y gris, pero seguía teniendo ese brillo en los ojos.

–Ugh, no soporto las mates. Solo son ecuaciones, ecuaciones y… bueno, ecuaciones. No son emociones, ni sentimientos… solo son fríos números sobre el blanco papel.

Si, esa es Pheobe. Me reí y la mire. Su melena rubia colgando, y las prendas de ropa vintage que cubrían su elegante cuerpo. Ella no era fea, ella solo era diferente.

–Oh, mira quien está viendo hacia ti –Ella canturreo, sonriendo como una autentica idiota.

–Maldita sea, cierra la boca –dije entre dientes, un poco sonrojada.

– ¡Hey Christine! – Sonrió Elliot, caminando hacia mí.

–Nos vemos después.

Me susurro Pheobe antes de dar media vuelta.

–Hola Elliot  –dije, intentando olvidar el comentario que había dicho Pheobe sobre él.

– ¿Te toca física ahora? – pregunto Eliot a la vez que inclinaba su cabeza.

–Desafortunadamente, si  –Suspire, mirando los libros de matemáticas que tenía en mis brazos.

–No esta tan mal –río, empujando suavemente mi brazo con su codo.

–        Dices eso porque eres un genio en... si, en todas la asignaturas del colegio.

Sonreí a la vez que le miraba. Mientras el arrugo tímidamente su nariz. A la vez que apartaba la mirada y miraba hacia otra dirección completamente diferente a la mía.

–Así que... –tosió, aclarándose la garganta.

Dirigió su mirada nuevamente hacia el suelo a medida que íbamos caminando por el pasillo. Volví a lanzarle la mirada. ¿Por qué se había vuelto tan tímido de repente?

–Me preguntaba si…–no pudo continuar gracias al choque que tuvo, o mejor dicho, que le dieron.

– ¡Eh tío! ¿Qué estás haciendo?

Elliot puso una mueca al tropezarse con un cuerpo al que no sabía quién pertenecía. Se giró y los dos nos quedamos congelados al ver de quien se trataba. The Norths.

–        ¿Me estás hablando a mí? –Dijo el chico con el que Elliot se había tropezado a la vez que se giraba hacia él.

–        Oh... Yo... Eh...–tartamudeo Elliot, intentando no mirarle a los ojos a aquel chico.

–        Elliot, vámonos –Susurre a la vez que tiraba de su brazo, intentando alejarme de aquel chico y de sus amigos.

–        La chica tiene cojones.

Uno de los chicos bromeo, haciendo estallar la risa de otros. Rodé los ojos intentando evitarlos y no seguirles el juego.

–        Eh... eh, eh, espera un segundo  –dijo el chico al instante, poniéndome enfrente a él.

Mi corazón dio un vuelco en sí, ya que de un momento a otro estaba en medio de tres enormes tíos mayores que yo.

Y no eran esos chicos monos los que tenían un secreto chocante en su interior. Sabía quién era The Norths, los había visto por el instituto millones de veces. Pero ellos eran esos, a los que intentarías evitar haciéndote invisible.

Precious | | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora