Sex Rules [L.S]

V

Capítulo V
Cine

Para Louis, ir al cine con Harry antes de la competencia era divertido. Se reían de las parejas y a veces les lanzaban palomitas de maíz, bebidas o cualquier dulce que tuvieran a mano.

Pero ahora le resultaba un poco incómodo y tenso, ya que constantemente pensaba que en algún momento él y Harry terminarían como esas parejas, acurrucados y abrazados mientras se besaban. Aunque esto último no sonaba tan mal...no era el estilo de ellos.

Sin embargo, él sentía que ya no sabía cuál era el estilo de Harry, ni en lo que pensaba. Antes él estaba seguro de que su amigo iría tras cualquier chica con escote o si aparecía un chico con tatuajes enloquecería. Pero ya no, el ojiverde sólo se dedicaba a tomarle la mano y guiarlo de tienda en tienda sin prestarle atención a otras personas que no sean él, era atento. Y eso lo estaba enloqueciendo. No estaba acostumbrado a aquello a menos que fuera para coquetear, mucho menos si todo eso venía de parte de Harry.

El castaño suspiró agobiado y rezó para sus adentros que al rizado no se le ocurriera el truco de pasar el brazo sobre los hombros, no lo entendía y le parecía ridículo. Ni siquiera sabía que película estaban viendo, sólo aceptó ir al cine porque no quería quedarse a solas con Harry en el departamento luego de la confesión que le había hecho, le ponía los pelos de punta el saber que estarían solos y que su compañero estaría intentando enamorarlo.

Pensó que era un idiota al decirle a Harry que intentara enamorarlo, tenía bien claro en lo que se estaba metiendo. Pero, ¿Por qué lo hizo? Porque una parte de él también lo quería, quería estar con el ojiverde. Aunque lo que más le fastidiaba era el hecho de que recién se daba cuenta de que tal vez ese sentimiento siempre estuvo allí, enterrado bajo capas de bromas y de una amistad sólida, hasta el día en que iniciaron esta locura.

Volviendo a la película, Louis no podía concentrarse en ella. Hacía mucho calor y ese día todas las parejas se encontraban sumamente cariñosas, se besuqueaban o se abrazaban todo el tiempo, y Harry tenía su hombro pegado al suyo con su mano demasiado cerca de la suya.

—¡Tengo que ir al baño! —Gritó de pronto al borde del colapso. Se colocó de pie y salió de la fila de butacas hasta el pasillo, algunas personas le gritaban que se volviera a sentar pero él las ignoró y siguió su camino.

Llegó al baño y fue directo al lavabo, para su suerte el lugar estaba completamente vacío. Se miró en el espejo y vio que sus mejillas tenían una tonalidad rojiza, se lavó la cara y dejó que las sangre en ellas descendiera.

Estaba por volverse loco, Harry no había hecho ninguna jugada y ya sentía su efecto en él. Eso era lo peor, lo sugestionaba a un punto inexplicable que hacía que se diagnosticara signos de amor ante cualquier cosa. Cada detalle, cada gesto, cada reacción que el ojiverde tenía, él sentía que se estaba enamorando.

¿Quién lo diría? Dos mejores amigos conocidos por su fama de casanovas resultaron estar enamorados. Una linda pareja si nos ponemos a pensar.

Se sentó en el lavabo, sus pies colgaban y se había mojado un poco al costado del pantalón con agua, pero no le importó, no iba a volver a esa sala con Harry en la oscuridad ni aunque lo atrastraran. Se puso a jugar con su celular tranquilamente por unos veinte minutos, nadie había entrado al baño, seguro todos se encontraban con sus novios o novias viendo las películas. Sonrió un poco al pensar en la palabra novio y se preguntó cómo se ajustaría en Harry. Él no tenía pareja hace años.