Despertó y lo escuchó...
Fue solo un instante.
uno muy corto.
Ese leve tintineo que se oía tan lejano que parecía fuera de este mundo.
Y... Le inundaron recuerdos.
Le inundaron recuerdos tan simples como una tarde lluviosa...
Recuerdos como una fría mañana de invierno, en la que todo se encontraba cubierto con una manta de nieve.
Ese sonido suave que accidentalmente formaba torpes, irregulares pero hermosas melodías que se desvanecían al instante.
Con una lagrima deslizándose por su mejilla volvió a dormir, esta vez para siempre...