Sóc per a tu?

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Pasan los días luego de mi salida con el holandés, y no le he vuelto a ver ni por asomo, debido al cierre de las competiciones

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Pasan los días luego de mi salida con el holandés, y no le he vuelto a ver ni por asomo, debido al cierre de las competiciones. Aunque claro, no ha dejado de enviarme alguno que otro mensaje preguntándome cómo estoy, pero enviar textos no es precisamente mi estilo. Si no puedo tener sus lindos ojos azules observándome, ¿de qué sirve? Siento que es solo palabrería.

Lo extraño, y lo peor es que, en momentos tan decepcionantes como estos, no puedo estar junto a él para al menos decirle unas cuantas palabras bonitas. Decepcionantes porque se nos fue la Copa, y en dos segundos se fue también La Liga, por acarrear errores estúpidos. Así que la dirigencia culé está con todas las fichas puestas en la Champions, pero por cómo se ven las cosas, vencer al Múnich será algo realmente difícil de lograr, eso por supuesto si logramos pasar contra el Nápoles hacia cuartos.

Y sí, es tan fácil como andar en coche media hora hasta la casa del rubio para verle, aunque sea un minuto, ¿pero eso no lo desconcentraría? Además, yo también empecé nuevamente con la universidad, y la carga académica no es poca. Las lecturas filosóficas pueden parecer quince simples páginas, pero en la realidad se vuelven el triple.

Antes de entrar a mi clase le mando un mensaje a Frenk. Pese a que no hemos logrado vernos hace más de una semana, quiero que sepa que su presencia no se borra fácilmente de mi mente y corazón, necesito también transmitirle calma por el juego de mañana contra los italianos. Si no clasificaron a UEFA esta temporada, ¿cómo van a ganarnos?

— ¿Se puede saber por qué estás tan sonriente toda esta última semana? —me interviene Emma.

Miro a Alex para que me salve del interrogatorio, mas, me está observando con la misma mirada intrigada que la catalana. Bufo sabiendo que tendré que contarles.

— Estoy viendo a alguien —digo bajito.

No sé si es precisamente nuestra definición perfecta, pero pareja claramente no somos. Estamos pasándola bien, conociéndonos, y viendo cómo nuestras vidas encajan, si es que encajan.

— ¡Que hija de puta! ¿No nos cuentas nada? —me reprocha Alex, a lo que yo levanto los hombros.

— Todavía no es nada serio, ¿acaso ustedes me contaron de lo suyo? —pregunto retórica y doy por zanjado el tema.

La clase pasa normal, y apenas termina tomo mi bolso camino a la salida. No tengo intenciones de dedicarle un minuto más de mi tiempo a esta institución, y Alex anda en motocicleta con Gemma, así que no tengo nadie a quien esperar.

Bajo los escalones distraída y admiro cómo el atardecer ilumina los rincones de la universidad. Me sacan de mi ensoñación de golpe cuando me tiran del brazo hasta detrás de un árbol. Voy a soltar un buen insulto, pero entonces veo al chico de ojos claros mirándome contento.

— Mierda Frenkie ¿qué haces aquí? —digo sin pensar.

Miro a nuestros alrededores con pánico de que le puedan ver, y por suerte no hay casi nadie por de la hora del día. Después me doy cuenta de que he sido demasiado borde, y me doy un golpe mental por como lo he tratado.

Bella Barcelona | Frenkie De Jong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora