La vida se caracteriza por ser impredecible, mas, cuando Julie pisa Barcelona, capta de inmediato que no regresará a su país natal. Aunque las cosas cambian cuando sus pies se posan en el césped brillante del Camp Nou, y lo que en definitiva le entr...
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Maratón 2/2.
Con la argentina habíamos disfrutado de un gran menú, resulta que al final ha descubierto que le estaba mintiendo sobre lo que había almorzado, y por tanto, los meseros han llegado a los minutos con una comida fenomenal que no he podido rechazar. Pero de eso pasó ya un buen rato, y la conversación amena nos ha llevado a olvidar la hora, como también todo lo que involucra mi crisis. Ahora la he podido conocer.
— ¿A dónde vas en este momento Julie? —me pregunta tomando el último sorbo de su bebida.
Hemos tenido que interrumpir nuestra plática porque se le hace tarde a la castaña, y es que está programado un juego en menos de una hora en el Camp Nou. El equipo dará la cara al Betis esta vez, el cual coincide con ser el ex equipo de nuestro actual director técnico. Lo único diferente es que esta vez la catalana invitó a otro de sus amigos al estadio, lo cual no me molesta, pero me obliga a ver el juego desde casa.
— A ver a los chicos jugar también, espero que les vaya bien —le digo sacando mi bolso y buscando unos billetes para contribuir con el pago a Anto.
— ¡Qué bien! Entonces podemos ir juntas al Camp en auto. Oye y ni se te ocurra pagar, tómalo como una forma de darte ánimos por lo que te ha pasado. Siento como si estuviese hablando con mi hermana cuando todo esto le pasó —me dice empujando con su mano mi billetera de vuelta al bolso.
— Sobre eso... Esta vez lo veré en casa me parece, mi compañera de piso de la que te hablé ha ido con alguien más. Vamos, que no quiero que llegues tarde con el tráfico que hay hasta allá —le digo levantándome.
— Anda, pero no digas tonterías, ¿cómo vas a ver el juego en casa? Ven conmigo, nadie te hará problema y podremos seguir conversando en el palco. Además, a Lio nadie le dice que no —dice haciendo un ademán con la mano, como si estuviese hablando de lo más normal del mundo.
Me quedo mirándola con una cara de estúpida sin entender qué está hablando. Si ni siquiera Mikky me lleva a los partidos y Anto me viene a decir que puede hacerlo con toda facilidad. ¿Quién es Lio? ¿No será...?
— ¿Qué Lio Anto? —le digo con la respuesta casi en la punta de la lengua.
Me tienen que estar jodiendo que la argentina es pareja del crack mundial y yo ni por enterada me daba. Es que no puedo ser tan despistada, ahora que apenas me estoy aprendiendo el nombre de los jugadores me pasan cosas vergonzosas con las chicas de estos, que gran mierda.
— Lionel Messi boluda, ¿me vas a decir que no sabías que estamos casados? —pregunta y se larga a reír cuando mi cara denota confusión total—. Ay Juli, eres todo un caso. Al menos significa que no estabas actuando, créeme que es de lo que más veo en este mundo.
— Anto, que vergüenza, cada día me las ingenio para saber menos... Espera, ¿cuántos años tienes tú entonces? —le digo en un estado sorpresivo inclusive más grande.
